Esta jornada de viernes 18 de octubre, en la conmemoración del quinto aniversario desde el estallido social, una de las víctimas de trauma ocular a manos de Carabineros durante las manifestaciones decidió quitarse la vida.
La noticia fue confirmada por la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular, quienes a través de redes sociales informaron el fallecimiento de Sebastián Méndez.
El joven se convirtió en la quinta víctima de trauma ocular que se suicida ante las demandas por reparación que han levantado desde las movilizaciones del 18-O.
View this post on Instagram
Lea también: El 18-O no se vio venir ¿Se verá venir el próximo?
«Lamentamos informar con profundo dolor y frustración el terrible suicidio de nuestro compañero Sebastián Méndez, víctima de trauma ocular, que decidió abandonar esta lucha hoy, justamente cuando conmemoramos 5 años del estallido social ante la impunidad y el abandono estatal», comentó la Coordinadora.
En la instancia aprovecharon de expresar sus condolencias a la familia y cercanos del joven, como también «a los sobrevivientes que se ven nuevamente re victimizados ante esta frustrante situación».
Hace tres años, Méndez relató la forma en la que sufrió la pérdida total de la visión de su ojo derecho: «A mí me dispararon una lacrimógena en la cara el día 22 de noviembre del 2019».
Según recogió ADN, una de las cercanas de la víctima se refirió al lamentable deceso, comentando que «hoy 18 de octubre fue el día elegido por ti, no te despediste de mí, te fuiste a volar por los enormes cielos porque este mundo nefasto te quedo chico. Mi compañero de lucha, mi amigo, mi pareja también, jóvenes, felices».
«Hoy elegiste este día, ojalá que todo el país te recuerde, ojalá todos honren tu nombre, que diste tu vida compañero, hasta vencer o morir! Siempre lo hiciste así, en cada lucha, en cada barricada… Uno de los tantos trauma ocular en este país, uno de los tantos que dejaron ciego… y luchaste yo sé… sé que luchaste mucho», cerró.
Las otras víctimas de trauma ocular que decidieron quitarse la vida exigieron constantemente reparación y justicia para sus casos y ante la frustración por el nulo interés estatal de avanzar hacia aquello, terminaron por suicidarse.
