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No olvidemos a Don Andrés por Abraham Santibáñez

Abraham Santibáñez, Premio Nacional de Periodismo 2015

Periodista titulado en la Universidad de Chile. Elegido presidente del Colegio de Periodistas, el 25 de Julio de 2008. Es miembro del Consejo acreditador de la Sociedad Interamericana de Prensa (CLAEP) con sede en Buenos Aires.Miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua.

La historia de los venezolanos en Chile es larga y muy valiosa, comenzando por Andrés Bello y su gran legado. Este solo hecho hace pedir una investigación exhaustiva.

El secuestro “atípico” del teniente venezolano Ronald Ojeda y las horribles circunstancias de su muerte, han generado una comprensible preocupación. El hecho de que se decretar el secreto de la información, medida claramente necesaria por lo delicado del caso, generó adicionalmente un incremento de las especulaciones.

El gobierno de Venezuela, vía Diosdado Cabello, optó inicialmente por burlarse de la tesis de que el teniente Ojeda había sido transportado clandestinamente a Caracas (ver comentario ad-hoc en esta edición). Después ha sido más cauto. Más insistentes, algunos voceros del Partido Comunista en Chile han descartado de plano toda injerencia de la dictadura de Nicolás Maduro.

La historia de los venezolanos en Chile es larga y muy valiosa, comenzando por Andrés Bello y su gran legado. Este solo hecho hace pedir una investigación exhaustiva.

Por ahora quedan abiertas muchas preguntas. Y una que no se puede descartar es el papel de las autoridades de Venezuela. Rusia, que ha solidarizado largamente con el régimen de Maduro, ha utilizado reiteradamente la vigilancia obsesiva de los opositores en el exilio. No solo los persigue; también recurre al envenenamiento y, en el caso de Alexei Navalny, cuando fracasó esta posibilidad, fue muerto en el Ártico en oscuras circunstancias.

Lo que sí sabemos con certeza es que los venezolanos refugiados en Chile, como es el caso de jueces del tribunal supremo, han creído necesario pedir protección especial. Es que, como se ha repetido casi majaderamente en los últimos días, hay evidentes fallas en la garantía del “asilo contra la opresión”. Podría terminar por imponerse la alternativa de ser “la tumba de los libres”. Sería el fin de una honrosa tradición de acogida de los exiliados.

Todos, en alguna medida, somos responsables de quienes viven en Chile, compatriotas o no. No olvidemos que el venezolano Andrés Bello dejó una huella perdurable en nuestra institucionalidad, en especial en la enseñanza universitaria y en la justicia.

Su histórico paso por Chile nos obliga a ser especialmente considerados con los venezolanos.

Abraham Santibáñez
Premio Nacional de Periodismo 2015
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