Gobierno bate el récord de tropiezo en la misma piedra Por Víctor Maldonado R.
En política, más que responder bien a las preguntas que te hacen, importa mantener vigentes las preguntas que a ti te importa relevar.
Hay que concentrarse en lo prioritario y dejar acotado lo secundario, por mucho que los adversarios insistan en mantenerte atrapado en ellos.
Siempre sorprende la capacidad que tiene el gobierno de armar problemas allí donde no había ninguno. Queda a la defensiva en situaciones en que lo único que había que hacer era atenerse a las normas vigentes válidas para todos.
Lo que tiene la mayor importancia es siempre lo que crea efectos permanentes y para un gran número de personas. No hay algo más importante que se esté definiendo en estos días que la reforma previsional.
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La insólita compra frustrada de la casa de Salvador Allende, a destiempo, fuera de las normas legales y afectando a una senadora y una ministra en ejercicio, merece el repudio general que ha tenido. Pero ya se ha dicho todo al respecto.
No existen posiciones en confrontación. Se reconoce el error mayúsculo al despedir a la ministra responsable y tomar las medidas rectificatorias del caso.
La derecha tuvo un regalo tardío de Navidad y nadie puede negar que ha intentado sacarle el máximo provecho. Eso se entiende.
En cambio, el oficialismo ha de darle el tratamiento de un asunto sectorial, ya rectificado con la paralización del procedimiento y ahora habrá que asumir las consecuencias políticas y administrativas correspondientes.
Que así sea.
En lo que no se puede distraer ni cometer errores es en el caso de la reforma en debate. Mientras se concentre en el problema de fondo y en su consecuencia en la vida de los jubilados, en especial de las mujeres, estará pisando suelo firme.
Pero si se intenta vender la piel del oso antes de cazarlo, estará cometiendo un error grave, que es lo que empezó a hacer el equipo cercano de Boric y ya es hora de que se detenga a tiempo, antes de echarlo todo por la borda.
Presionar a la derecha por los medios de comunicación y con la realización de actos ad hoc es absurdo.
Como la oposición tiene los votos que se necesitan y puede demostrar que está siendo presionada como si saliera gratis, lo que se obtendrá es que mejore su capacidad de negociación y se imponga reforzados sus puntos de vista, entregando todavía menos de lo que ha hecho hasta ahora.
Nuevamente, es la inversión de prioridades lo que estamos observando.
La autorreferencia es la piedra en la que siempre tropieza el gobierno. Lo que ha estado haciendo es interpretar los puntos de vista de su coalición para hacer más llevadera la votación en el Parlamento a sus adherentes.
El problema es que no están solos, ni los únicos que cuentan son los cercanos, ni ocurre que a los adversarios les guste ser golpeados al mismo tiempo que se le piden sus votos. No es la primera vez que pasa.
El gobierno suele emplear escopetas que por el único lugar que disparan es por la culata.
Lo que no se puede olvidar es que el otro equipo también juega y no se quedará mirando como Boric hace piruetas a su galería. En el gobierno, los negociadores lo están haciendo bien, pero los asesores están dando bote y el Presidente ha sufrido una recaída.
Así no se puede.
