Gobierno y oposición: Se mantiene el poder que se sabe usar.
Se realizó un cónclave en Cerro Castillo, ampliado a gobernadores y a algunos alcaldes electos. Este es un gesto indispensable de unidad y buen entendimiento y así se trasmitió a la prensa.
También debe ser el inicio de la etapa final del gobierno, contando con un norte político real.
LA MEJOR MANERA DE CONSERVAR EL PODER
La mejor manera que se conoce de conservar el poder es hacer buen uso del que se tiene. Eso no se consigue solo con buena administración, sino otorgando sentido a lo que se hace, concentrándose en lo prioritario y actuando convencidos de que se está haciendo el mejor esfuerzo posible.
También la derecha se encargó de hacer un encuentro equivalente alrededor de Evelyn Matthei porque, desde el punto de vista de la oposición, el resultado electoral reciente despeja su acceso al poder de los posibles competidores al frente y al lado.
AHORA SE TRATA DE DEMOSTRAR QUIÉN PUEDE LIDERAR
Desde dos miradas diferentes se llega a un espacio común de entendimiento porque unos quieren terminar su administración mostrando logros y otros tienen que mejorar las condiciones con las que inaugurar la próxima etapa. Es decir, se puede tener una agenda compartida entre adversarios, que es la única con viabilidad de ser aprobada en estas condiciones.
Este hecho es vital porque la oportunidad para los acuerdos existe. En una materia específica como en seguridad se ha logrado un entendimiento, puede aplicarse a otros campos y si no se ha hecho, es por errores compartidos.
El producto para identificar es una mixtura. No se trata de que el gobierno pida apoyo para sacar sus reformas o que la oposición dé el acuerdo en lo que vea adelantos de su programa, se trata de conseguir algo que está a mitad de camino y por eso valga la pena para ambos.
ACUERDOS NECESARIOS
El país necesita alcanzar mayores niveles de acuerdo y practicar una política que considere efectos en plazos largos.
Lo que hemos visto predominar es precisamente lo contrario, con el consiguiente desaliento colectivo.
Al permanente predominio de la coyuntura se le llama mediocridad. La política no habría logrado la meta casi imposible de desprestigiarse aún más sin el aporte de muchos. No es el peor de los mundos, pero es una imitación aceptable.
EL DILEMA: MODERACIÓN V/S CONFRONTACIÓN
Los ideologismos intransigentes se han combinado con una agresiva política de trinchera que hace mucho ruido, que agrede cuanto puede e insulta más, pero que se caracteriza por lo que impide hacer y por el tiempo que consume en nada.
El giro fundamental en las últimas elecciones fue hacia la moderación. Se esperaba un predominio de los extremos del arco político que no se produjo.
Así que ya no es posible argumentar que la colaboración con los adversarios consigue que a los otros les vaya bien y que por eso hay que evitarlo.
CONSTRUIR ES EL VERBO NO DESTRUIR
No es jugando a la destrucción del adversario como se construye país, es superándolo en el aporte que se hace al bien común.
Estamos atravesando una etapa de decadencia política, pero no podemos convertirlo en un destino. El objetivo común es superar la inercia, no sucumbiendo ante ella.
Poner los intereses de la nación por delante es lo que siempre se ha llamado patriotismo.