La derecha y Matthei: Juntando agua en un colador Por Víctor Maldonado R.
A cinco años del estallido social, lo que está determinando la conducta de los chilenos no es la creciente evaluación negativa de lo que sucedió, sino las reacciones de los líderes políticos ante los acontecimientos inmediatos.
Las encuestas no muestran una diferencia importante en el apoyo al gobierno, pero sí una baja significativa en el apoyo a Evelyn Matthei.
Es la única que se mueve retrocediendo posiciones.
Se puede atribuir este descenso a una evaluación de su comportamiento ante los diversos escándalos políticos que han llevado a acusaciones constitucionales, reproches éticos y un mayor desprestigio de la política.
Las opiniones no están cambiando por lo que sucedió hace un lustro porque no solo se reevalúa el actuar de otros. En el caso del estallido, la valoración actual también corresponde a una autocrítica colectiva.
Tampoco es que se cuestione la existencia de un malestar múltiple que sincronizó su presencia pública, emergiendo de un modo inusitado. Se analiza no solo lo que ocurrió un 18 de octubre en 2019, sino la trayectoria de lo que se ha hecho desde ese momento hasta ahora.
La derecha no tiene solución al problema es parte del problema
Lo que se aprecia no es que los problemas de ayer hayan encontrado solución, sino que hemos agregado nuevas dificultades de gran dimensión que están afectando la convivencia de hoy y la proyección de nuestro futuro como nación.
El relato de la derecha consiste en sacar a la pizarra al actual oficialismo por su comportamiento entusiasta del conjunto de expresiones del estallido, no solo de las más pacíficas y masivas.
Ya se aprecia que no va a tener éxito.
La derecha no está acumulando en su beneficio un descontento de ningún tipo. Se ha convertido en el protagonista principal del actual malestar con nuevo foco.
En el estallido la derecha tenía el poder y el manejo inicial de su gobierno fue deplorable.
Ahora, que hemos añadido el desprestigio de instituciones importantes y de personalidades ligadas a la oposición, a ella no se le considera un recipiente que contenga el malestar ciudadano, siendo la principal cuestionada a través de algunas de sus figuras emblemáticas.
Por eso baja Matthei en las encuestas. Y no cambiará la evaluación ciudadana, por mucho que acentúe la campaña que evalúa a la izquierda en el estallido, responsabilizando a quienes están ahora en el gobierno por sus consecuencias.
La derecha no está jugando a encontrar soluciones, sino a usufructuar de los errores de otros.
Juntando agua en un colador
En este intento no está consiguiendo ningún fruto que le beneficie, de allí su desconcierto profundo. Está juntando agua en un colador porque sin prestigio no hay acumulación de apoyo.
Las responsabilidades por lo pasado son importantes, pero las responsabilidades sobre lo que está ocurriendo en el presente lo son todavía más, a ojos de la gran mayoría.
El descontento ciudadano no se quedará solo en la derecha, va a afectar a todos quienes son militantes de partido.
Eso se reflejará en las elecciones.
Pero la candidatura de centroderecha no está capitalizando la esperanza, sino que está acumulando castigo.
Si esa es la forma de empezar a conducir el país, se puede considerar que están en serios problemas que algún otro lo aprovechará.
