Los comunistas hablando de a uno Por Víctor Maldonado R.
Confieso que no es fácil mantener al PC como punto de referencia monolítico.
Todo por alterar su inveterada costumbre de discutir lo importante hacia dentro y luego salir con una sola voz. En aquel entonces, bastaba con que hablara uno, el secretario general, y no había más que agregar y sí mucho que repetir.
Ahora, cuando alguno habla, no sabe si es la voz oficial, el encargado de enviar mensajes al gobierno o si está tratando de convencer a su propio partido por la prensa (última alternativa que haría revolcarse en su mausoleo a Lenin, luego de las horas de visita). Me temo que el orden jerárquico es cosa del pasado.
En alguna de las categorías descritas, y como asunto por investigar, ha hablado el senador Daniel Núñez y los mensajes abundan.
Tu mayor triunfo puede ser también tu peor derrota
El gobierno debe “generar más coordinación política entre sus ministros, ministras y los parlamentarios oficialistas” y “sacar adelante las transformaciones que son las que le permitieron al Presidente Boric ganar las elecciones”.
Núñez pone el acento sobre en un aspecto: “tener un relato diferenciador frente a la derecha”, “el mayor triunfo del Presidente Boric es que deje a un presidente o presidenta del oficialismo”.
Las alternativas quedan bien claras: “lograr apoyo ciudadano, y arriesgarse a una derrota o ganar con la presión ciudadana”, con una constatación igualmente clave: “al Gobierno le falta más empuje para ganar con la ciudadanía de su lado”.
Gobernar desde la calle
La receta de Núñez para triunfar es bien conocida: “Salir más a la calle, estar más con la gente, en las organizaciones y movimientos sociales, y no hacer de la política solo el espacio mediático o institucional”. Lo sintetiza en pocas palabras: “Estoy a favor de que el Gobierno se apoye en la ciudadanía para hacer sus reformas emblemáticas y eso requiere la movilización social”.
Al senador le gustaría tener una figura de consenso como candidato presidencial y, si no es posible, uno que surja de primarias.
Y aquí tenemos la descripción más lograda de las dificultades internas del oficialismo, dicho de la mejor forma y con buenas palabras. Lo cortés no quita lo sincero. Estos mensajes trasmiten la más fuerte crítica que se puede hacer a esta administración desde dentro.
Ocurre porque apunta a su conducción.
Con menos concesiones a un lenguaje tan parecido al eclesial, lo que se nos dice es que este gobierno es decepcionante y nunca se juega por completo. Cuando tiene que presionar, busca acuerdos en que se cede mucho, con lo que las reformas logran conservar su denominación de origen y poco más.
Es un gobierno adicto al agua tibia, a las jugadas a medias, a las concesiones. Núñez no es un poeta, de modo que lo dice de un modo muy extraño: “Yo soy de la tesis de que tenemos que estar con los dos pies en la calle y los dos pies en La Moneda”. Algo físicamente imposible, a menos que salte de continuo como resorte o uno sea una cuncuna. Pero la imposibilidad es todavía más estratégica.
Dice que lo que no puede hacer un gobierno lo puede hacer un partido.
Este último debe saber jugarse por entero junto a los movilizados, aunque eso tenga costos. Núñez no busca ser simpático, sino coherente y está llamando a hacer lo mismo.
Es un PC que critica a su conducción partidaria ¿o no?