Opinión

Para Eugenia y Boris: En honor a Nubia Pacheco Cea

María Fernanda Pavéz Báez

Un testimonio personal, por cierto, pero que fluye en muchos que han pasado por lo mismo

Para Eugenia y Boris: En honor a Nubia Pacheco Cea

Hace poco más de dos meses partió una mujer a la que, desde pequeña, le tuve un amor inconmensurable.

Hasta hoy, no he sido capaz de hablar con sus hijos para entregarles una palabra de aliento, pues estoy consciente que nada de lo que les diga logrará amortiguar el dolor que significa perder a una madre. Esa aflicción insostenible es la que bloquea mis palabras y me empuja a entrar en una fase no verbal. Espero que estas letras se expresen mejor que cualquier mensaje que pueda emitir desde mi boca.

Te puede interesar: Torres contra el olvido, un viaje hacia la memoria

Los primeros días de agosto se fue una persona a la que admiraba mucho. Una mujer digna de imitar en todos los sentidos.

Transparente, noble, bondadosa y, sobre todo, una madre excepcional. Lo digo porque incontables veces fui testigo de su intensa lucha para que a sus hijos no les faltara nada en ningún aspecto. Se atrevió a pelear por ellos, incluso cuando todos le decían que era imposible. Lo dio absolutamente todo. Estoy segura que si Dios tuviera que darle un cuerpo a la valentía la escogería a ella como su mejor representante.

Desde mi vereda difiero absolutamente de las teorías poco afortunadas que plantean cosas como, “los hijos son los que tienen que despedir a los padres y no los padres a sus hijos”. Conjeturas como estas denotan un analfabetismo emocional vergonzoso. Absolutamente nadie está preparado para perder un miembro de su familia, ya sea padre, hijo o nieto.

No quiero cerrar este escrito sin antes hacer una importante y última reflexión.

Basados en la premisa que “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. Hoy al ver a tus hijos debo decir con absoluta convicción, “Bullita” hiciste un admirable trabajo.

Te amaremos por siempre.

PD: Por mi parte, lo que un día fue desconsuelo hoy se transformó en inspiración.

Comparte en:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email