Acusación Constitucional: Se predica con el ejemplo no con comentarios Por Víctor Maldonado R.
Los poderes del Estado pasan por un muy mal momento y, como lo acaban de decir varios senadores en la acusación constitucional contra el juez Muñoz, su nivel de desprestigio es elevado. Por eso es obligatorio remontar.
La mejor manera de recuperar confianza es dando ejemplo de buen comportamiento, distinguiéndose por el ejercicio correcto de las atribuciones señaladas por la Constitución. Entrar en lo más candente de la polémica, tal como hizo recién el Presidente Boric, nos estaciona en la crisis.
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Es muy difícil que el caso del juez Muñoz sea de aquellos que terminan con la votación que lo destituye. Los hechos se seguirán discutiendo y la responsabilidad por los errores cometidos requieren de análisis finos.
Los senadores oficialistas destacaron insistentemente que se estaba viciando un procedimiento al unir en una sola votación de la Cámara dos situaciones bien distintas. Eso tiene sustento y se puede evaluar. Aceptar que este procedimiento siguiera su curso, habiendo podido evitarlo, es también algo a evaluar.
Pensar que en esta ocasión las fallas más importantes son todas de la derecha es un atentado contra la lógica. Los que aceptan dar curso a procesos viciados son tanto o igual de responsables de lo que de allí resulte.
Lo que nunca será válido, ni para Muñoz ni para los senadores, es suponer responsabilidades que no se prueban. Los testigos de oídas son cuestionables porque no se puede constatar nada. Es algo elemental.
Acusación Constitucional: Se predica con el ejemplo no con comentarios
Suponer que se votó la acusación utilizándola “como un medio oblicuo para enjuiciar sus sentencias del pasado” puede ser altamente verosímil, pero si no se puede probar, una autoridad no debe sostenerla.
Se trata de enmendar errores dejando de replicarlos, no devolviéndolos como en un partido de tenis. Elevar el nivel del desempeño político al que nos hemos acostumbrado es más importante que desahogar sentimientos.
Evaluar las conductas de los demás supone que no se tiene ningún problema de importancia en el frente interno y la realidad siempre se encarga de recordarnos que partir de esta certeza siempre termina en un desengaño.
Los chinos tienen un refrán muy sabio: “Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa”. Una inspección acuciosa incluiría también a las subsecretarías.
Dictar cátedra siempre debiera ponernos nerviosos.
La Moneda acaba de perder a uno de sus funcionarios más destacados. Manuel Monsalve estaba desempeñando muy bien uno de los puestos más difíciles que tiene el gobierno. Se acaba de saber de una acusación y podremos evaluarla en algún momento, pero eso no quita lo que acabamos de decir.
Ya no podemos seguir dándole continuidad a los errores, sino que debemos darnos una oportunidad a enmendar conducta. Este período de la historia política de Chile está dejando muy malos recuerdos. Permitamos que, al menos, se pueda mostrar algunos logros e importantes avances.
De izquierda a derecha podremos coincidir en que si en la etapa final de esta administración solo se acumulan pendientes, al próximo gobierno no le podrá ir bien. Tenemos reformas que aprobar, que eso prime sobre todo lo demás.