Antes de votarse en la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados la acusación constitucional presentada contra los ministros de la Corte Suprema Ángela Vivanco y Sergio Muñoz hubo que zanjar una cuestión previa.
Por separado las defensas de ambos magistrados habían solicitado que la votación se realice por separado, una para cada juez.
Y ahí estuvo la mayor parte del debate durante la mañana.
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Tras una larga discusión, la mesa suspendió la sesión para citar a los comités a una reunión y definir cómo sería la votación.
Cuando los parlamentarios volvieron a sus puestos la presidenta de la comisión encargada de revisar la AC contra ambos magistrados, Sofía Cid (RN), recomendó “que este libelo acusatorio continúe su tramitación y pase al Senado”.
Estuvieron de acuerdo los diputados Eduardo Durán (RN), Yovana Ahumada (Ind.), y Chiara Barchiesi (Republicana).
El único que marcó un no a que el libelo fuera votado en conjunto fue el diputado Jaime Sáez (FA).
91 EN CONTRA
Este calificó la situación como “manipulación política”, ya que se les “obligaba” a votar la AC en “un solo texto hechos que no guardan conexión”.
Asimismo, llamó a “acoger la cuestión previa y rechazar esta acusación conjunta”.
Finalmente, fue rechazada por la mayoría de la Cámara Baja, motivo por el que el pleno continuará con el debate de fondo.
La votación fue de 52 a favor, 91 en contra y dos abstenciones.
La oposición rechazó cuestión previa, mientras que el Partido Socialista, el Frente Amplio y el Partido Comunista respaldó a la defensa de Vivanco y Muñoz.
Por su parte, la Democracia Cristiana se dividió: Héctor Barría, Ricardo Cifuentes y Francisco Undurraga la acogieron, mientras que Eric Aedo y Mónica Arce (IND-DC), la rechazaron.
Además, los diputados Raúl Soto (PPD) y Cristián Tapia (IND-PPD) se abstuvieron, mientras que Jaime Araya (IND-PPD), Carlos Bianchi (IND-PPD), Sebastián Videla (PL), Camila Musante (IND-PL), Alexis Sepúlveda (PR), la rechazaron.
Previamente, el Partido Socialista, en voz de su jefe de bancada, Daniel Melo, aseveró que «es una aberración realizar una sola votación. Dos personas diferentes, por dos hechos diferentes, no pueden juntarse en una misma votación».
A su juicio, «eso va contra el debido proceso y, por sobre todo, contra el sentido común».
Acusó que la maniobra «solo obedece a una operación política» y que «no existe ningún precedente en nuestra historia de esto».
