Política

Comando de Jara activa montaje antes del cierre de urnas

Cristian Navarro H.

Periodista

Jara
Foto: Agencia Uno
Con el escenario ya montado y el comando activado, Jara apuesta por proyectar cercanía y control del ritmo político

El comando de la candidata de Unidad por Chile, Jeannette Jara (PC), ya comenzó a marcar territorio político y simbólico en el barrio París-Londres. Mientras aún se vota, su equipo terminó de montar un escenario que anticipa una noche decisiva y busca transmitir seguridad de cara al resultado.

La estructura —sobria, de fondo negro y azul, iluminada con luces que simulan banderas chilenas— fue instalada en la esquina de calle Londres, frente a la Alameda, un punto históricamente asociado a las fuerzas progresistas y hoy convertido en el centro de operaciones de la campaña. La plataforma se ubica junto al Museo de Arte Colonial de San Francisco, reforzando la idea de un cierre inserto en un barrio cargado de memoria política.

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El movimiento en el comando contrastó con el agitado arribo de Jara a su local de votación. La candidata fue la última de los ocho aspirantes a La Moneda en sufragar, llegando cerca de las 14:00 a la mesa 78 del Liceo Poeta Federico García Lorca, el mismo establecimiento donde cursó su enseñanza básica. Su trayecto desde la entrada hasta las urnas tomó más de una hora, rodeada por simpatizantes que quisieron saludarla, conversar o fotografiarse con ella. Estuvo acompañada por su madre, Jeannette Román; su pareja, el también militante comunista Claudio Rodríguez; además de vecinos y amigos de infancia.

“Más que caótica, fue una llegada masiva y alegre”, comentó después, aprovechando de diferenciarse del blindaje utilizado por José Antonio Kast en sus cierres de campaña. “Por suerte tengo la posibilidad de caminar tranquila entre la gente que me conoce y la que no. Cuando uno quiere representar al país no puede estar escondido detrás de un vidrio”, afirmó.

Con el escenario ya montado y el comando activado, Jara apuesta por proyectar cercanía y control del ritmo político antes de que los cómputos definan el tono de la noche.

 

 

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