Política

Con profunda autocrítica se inauguró el Año Judicial 2025

Cristian Navarro H.

Periodista

Foto: Agencia Uno
El discurso también abordó la destitución de dos miembros de la Corte por el Poder Legislativo

En una ceremonia solemne, el Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco Herrera, inauguró el Año Judicial 2025 con la presentación de la Cuenta Pública del Poder Judicial. En su discurso, Blanco Herrera hizo una profunda autocrítica sobre la crisis institucional que afectó al Poder Judicial en 2024, reconociendo los desafíos que erosionaron la confianza pública y las medidas adoptadas para enfrentar sus consecuencias.

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RECONOCIMIENTO DE LA CRISIS Y SU IMPACTO

«El año 2024 representó un reto especialmente complejo», declaró el presidente, señalando que «a comienzos del año el Tribunal Pleno de esta Corte rectificó una decisión administrativa gestada el año anterior y que tuvo una fuerte e inusitada connotación pública».

Esta situación, agregó, generó «serios cuestionamientos respecto de situaciones que concentraron la atención nacional sobre esta Corte, referentes a hechos graves». Sus palabras reflejaron una admisión directa de la magnitud de la crisis y su impacto en la percepción ciudadana.

MEDIDAS TOMADAS PARA ENFRENTAR LA CRISIS

El presidente reconoció que «la mirada crítica hacia la función de los poderes públicos se ha intensificado, lo que ha provocado cierto grado de desconfianza en la población».

En respuesta a este desafío, la Corte Suprema activó mecanismos internos, incluyendo la convocatoria de la Comisión de Ética para investigar a fondo los acontecimientos que pusieron en tela de juicio a la institución.

Como resultado de este proceso, se adoptaron medidas severas, tales como la remoción de una ministra de sus funciones por mal comportamiento y la apertura de sumarios administrativos.

Blanco Herrera calificó estas decisiones como «respuestas adecuadas y proporcionales que el ordenamiento jurídico preveé para su corrección», aunque reconoció la dificultad de examinar las actuaciones de los propios pares desde una perspectiva ética.

SUPERVISIÓN EXTERNA Y CONTROL INSTITUCIONAL

El discurso también abordó la destitución de dos miembros de la Corte por el Poder Legislativo, un hecho que, según el presidente, «ratifica la vigencia de los controles recíprocos entre poderes». En este sentido, Blanco Herrera enfatizó que la supervisión externa es un pilar fundamental para fortalecer la institucionalidad y la transparencia.

COMPROMISO CON LA REFORMA Y LA TRANSPARENCIA

De cara al futuro, el presidente asumió el compromiso de evitar incidentes similares, afirmando que «la Corte Suprema dictó las resoluciones que en derecho se estimaron apropiadas, lo que refuerza a esta institución en el apego a los mecanismos de control que el Estado de derecho y la democracia preveén». Asimismo, anunció la intención de intensificar el trabajo para fortalecer el adecuado funcionamiento de la administración de justicia y reducir los riesgos de repetición de eventos que comprometan la confianza ciudadana.

UN MENSAJE DE RENOVACIÓN Y FUTURO

El discurso concluyó con una declaración de optimismo y renovado compromiso: «Hoy puedo afirmar que luego de ese trance la Corte Suprema ha salido fortalecida, cohesionada y comprometida en renovar nuestro deber de administrar justicia». Entre las reformas proyectadas se incluyen el fortalecimiento de la regulación ética y la creación de la Sección de Control de Gestión de Causas, medidas orientadas a reforzar la transparencia y el correcto desempeño judicial.

 

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