Política

Crisis en CHV: Matthei continúa estancada en las encuestas y sin liderazgo claro

Valentina Torres

El avance de Kast y la recuperación de la derecha más radical colocan a Matthei en una posición cada vez más precaria.

Tras una semana marcada por cuestionamientos internos y polémicas públicas, la candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei (UDI), decidió desmantelar el esquema de 11 voceros que integraban su equipo de campaña. La medida responde a una estrategia de reorganización y será comunicada oficialmente en una reunión que tendrá lugar esta noche en su residencia, donde también será informada personalmente a los actuales portavoces.

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Este cambio surge en medio del ruido generado en el oficialismo, motivado por la falta de disponibilidad de algunos alcaldes designados como voceros y por declaraciones controvertidas, como las de la senadora Paulina Núñez (RN), quien sugirió un posible acercamiento al «Socialismo Democrático huérfano». Fuentes cercanas a la campaña indican que la decisión apunta a fortalecer la cohesión y la claridad en la comunicación del comando.

LOS DESAFÍOS ELECTORALES DE MATTHEI

Evelyn Matthei enfrenta una coyuntura adversa en su aspiración presidencial. Tras meses liderando las encuestas, su posición ha comenzado a erosionarse, acercándose peligrosamente a su posible tercer fracaso en una contienda presidencial, un escenario que podría marcar un punto final a su carrera política en esta instancia.

Las últimas mediciones reflejan un descenso en su apoyo, especialmente frente a la candidatura del ultraderechista José Antonio Kast, ex militante de la UDI y líder del Partido Republicano. Según la encuesta de Cadem publicada el 8 de junio, Kast registra un 17% de preferencia, superando a Matthei, quien alcanza un 16%. Este fenómeno evidencia un desplazamiento en el electorado hacia opciones más extremas, situación que preocupa en su sector.

ERRORES PÚBLICOS

Desde abril, la candidata ha protagonizado diversos errores comunicacionales que han afectado su imagen. Entre ellos, destacan una confusión acerca de las cámaras de seguridad en el Estadio Nacional, que posee 322 unidades, y una declaración en Radio Agricultura en la que justificó el golpe de Estado de 1973, calificándolo como “inevitable” y señalando que habría muertos en los primeros años de la dictadura.

Más recientemente, en medio de la discusión sobre la decisión del presidente Boric de convertir Punta Peuco en una cárcel común, Matthei manifestó que no tendría problema en revertir esa medida si resultaba electa. La respuesta fue inmediata y contundente por parte del gobierno, con la ministra secretaria general de Gobierno (s), Aisén Etcheberry, señalando que “una vez más tenemos a la candidata Matthei en el lugar equivocado en materia de derechos humanos”. La situación se agravó cuando, en un punto de prensa, mientras su jefe de campaña, Diego Paulsen, abordaba el tema, ella interrumpió y expresó: “Yo le pediría a la vocera que se quede callada alguna vez. Ojalá que se dedique a la ciencia porque como vocera lo ha hecho mal”.

LAS DERROTAS DE MATTHEI

El avance de Kast y la recuperación de la derecha más radical colocan a Matthei en una posición cada vez más precaria. La tendencia indica que la candidata de Chile Vamos puede estar enfrentando su tercer fracaso en una elección presidencial, algo que no ha logrado superar en su trayectoria política.

Su anterior derrota fue en 2013, frente a Michelle Bachelet, con un resultado de 62.17% contra 37.83%. En aquel entonces, su candidatura estuvo marcada por el fenómeno de la mandataria socialista, impulsada por un contexto de profundas reformas y protestas sociales. La situación actual, en cambio, recuerda más a 1992, cuando las candidaturas estaban en una fase inicial de consolidación tras la transición democrática. En aquel año, Matthei, entonces militante de Renovación Nacional, fue precandidata junto a Sebastián Piñera, en medio del escándalo conocido como «Piñeragate» o «Kiotazo», que afectó la imagen del sector y marcó un punto de inflexión en su carrera.

En definitiva, la campaña de Matthei enfrenta no solo desafíos electorales, sino también una crisis de comunicación que requiere una estrategia sólida para recuperar el rumbo y consolidar su opción en un escenario cada vez más competitivo y polarizado.

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