Cristina Bitar, socia de Azerta y experta en comunicación, analiza el manejo del caso Monsalve y destaca la falta de eficacia en la comunicación gubernamental. A pesar de los esfuerzos por ser transparente, el mensaje no ha sido efectivo debido a la «falta de contenido» y «exceso de voces sin control».
Bitar sostiene que la comunicación no puede limitarse a una actitud abierta, sino que requiere contenido sólido y estructurado.
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Sin embargo, la multiplicidad de voceros y narrativas ha generado más confusión. «Cada nuevo vocero que apareció en los medios introdujo una nueva narrativa, abriendo aristas en lugar de cerrar frentes», señala.
La experta también critica la ambigüedad en la definición de responsables y víctimas, producto de una comunicación deficiente.
Para mejorar la gestión de esta crisis, lesugiere al gobierno reducir el número de voces y garantizar que solo personas claves con la información adecuada estén hablando.
«Es fundamental evitar la multiplicación de narrativas y asegurar que cada mensaje sea claro y consistente», enfatiza Bitar.
La falta de control y la ausencia de un criterio unificador han complicado la situación, generando interpretaciones diferentes y abriendo nuevas páginas en blanco.
Cristina Bitar recomienda al Gobierno reducir el número de voceros, establecer un criterio unificador en la comunicación y garantizar que solo personas claves con la información adecuada estén hablando. Por último evitar la multiplicación de narrativas.
La experta concluye que una comunicación efectiva es crucial en momentos de crisis.
«Es hora de reflexionar sobre cómo mejorar la gestión de la comunicación para evitar la confusión y garantizar la transparencia», afirma.
