Política

Diputado Soto pide pensiones vitalicias para familias de mineros de El Teniente

Javiera Sanzana

Periodista

Soto
Soto recuerda además que, tras el derrumbe de la mina San José en 2010, los sobrevivientes recibieron este tipo de pensión, lo que constituye un antecedente claro.

El diputado Raúl Soto, representante del distrito 15 en la Región de O’Higgins, envió una carta al Presidente Gabriel Boric solicitando que se otorguen pensiones de gracia vitalicias a las familias de los seis trabajadores que perdieron la vida en el accidente ocurrido el jueves 31 de julio en la División El Teniente.

En su misiva, el parlamentario plantea que esta medida representa un acto de justicia y humanidad ante el dolor de las familias afectadas: Paulo Marín Tapia, Gonzalo Núñez Caroca, Álex Araya Acevedo, Carlos Arancibia Valenzuela, Jean Miranda Ibaceta y Moisés Pavez Armijo.

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«Las familias de las víctimas enfrentan un futuro devastador. Muchos de los mineros eran hombres jóvenes con hijos pequeños o, aún más doloroso: con bebés en camino. Estas tragedias no solo significan la pérdida de un ser querido, sino también el abrupto fin de los sueños y esperanzas de familias enteras, dejando a esposas y madres a cargo de criar solas a sus hijos, algunos de los cuales nunca conocerán a sus padres», señala el diputado.

DERRUMBE MINA

Soto recuerda además que, tras el derrumbe de la mina San José en 2010, los sobrevivientes recibieron este tipo de pensión, lo que constituye un antecedente claro.

«La medida solicitada constituye un gesto concreto de humanidad, memoria y reconocimiento hacia quienes, con su trabajo, han sostenido el crecimiento de Chile incluso a costa de sus vidas», agrega el legislador.

La petición se sustenta en el artículo 32 N°14 de la Constitución y en el Decreto con Fuerza de Ley N°1 de 1996, normas que permiten al Jefe de Estado conceder estas pensiones por razones de carácter social, humanitario o como reconocimiento a servicios prestados al país.

«Ese mismo estándar ético debiera aplicarse a quienes no sobrevivieron, pero cuyo testimonio, proyectado en sus familias más cercanas, no debe quedar en el olvido ni en el abandono», cierra el parlamentario.

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