En medio de un escenario internacional marcado por la creciente tensión en la guerra comercial entre Estados Unidos, China y la Unión Europea, con caídas generalizadas en los mercados bursátiles, una baja sostenida en el precio del cobre y un tipo de cambio al alza, distintos economistas han instado al Gobierno a desechar su propuesta de reforma al impuesto a la renta. La advertencia es clara: “no hay espacio” para una reforma de este tipo, ni desde el punto de vista económico ni político.
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La semana pasada, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, reconoció que el futuro de la iniciativa será evaluado esta semana. No obstante, voces influyentes del mundo económico han advertido que insistir en este proyecto sería «inapropiado» y riesgoso para la estabilidad del país.
CIFUENTES: “DEFINITIVAMENTE NO HAY ESPACIO PARA UNA REFORMA DE ESE TIPO”
La economista Cecilia Cifuentes, directora del Centro de Estudios Financieros del ESE Business School, sostuvo que “desde antes de toda esta turbulencia yo veía muy poco espacio para una reforma tributaria como la que planteaba el Gobierno”, y criticó duramente la propuesta de desintegrar el sistema tributario. A su juicio, la prioridad hoy debe estar en una agenda pro crecimiento, que busque acuerdos comerciales, como los avances con India, y una política exterior más estratégica.
Cifuentes incluso sugirió revisar la continuidad del embajador de Chile en EE.UU., Juan Gabriel Valdés, señalando que su postura abiertamente favorable a Kamala Harris podría afectar las negociaciones arancelarias con la actual administración norteamericana.
IZQUIERDO: “SOLO AVANZAR EN POLÍTICAS PRO CRECIMIENTO”
En la misma línea, el economista Tomás Izquierdo, director de la consultora Gemines, fue tajante: “Ningún espacio para cambios tributarios ahora, hasta no saber cómo se decanta un escenario externo muy complejo que puede derivar en recesión global”.
Izquierdo llamó al Ejecutivo a enfocarse en medidas que dependan de Chile para mitigar el impacto externo, como reducir la permisología, profundizar acuerdos comerciales —especialmente con India—, dar invariabilidad tributaria a los inversionistas extranjeros y avanzar en la modernización del Estado.
“En definitiva, tomar iniciativas que dependen de nosotros para amortiguar el efecto del escenario externo adverso”, subrayó.
WEBER: “DESVIAR LA ATENCIÓN SERÍA UN ERROR GRAVE”
Alejandro Weber, exsubsecretario de Hacienda y actual decano de Economía en la Universidad San Sebastián, coincidió con sus pares al calificar de “completamente inapropiado” avanzar en una reforma que aumente impuestos a las personas, especialmente en un contexto donde el crecimiento económico se ve amenazado.
Weber enfatizó que la actual guerra comercial es de “máxima gravedad” y que distraerse en una reforma sin viabilidad solo debilitaría la respuesta del país ante la crisis.
“Las bolsas se han desplomado, el cobre cayó y el tipo de cambio va al alza. Los efectos directos de los aranceles provocarán en el corto plazo un aumento en la inflación a nivel global, pero más preocupante aún, una caída de mediano plazo en el crecimiento, llevándonos a un probable escenario de estanflación”, advirtió.
CRÍTICAS DESDE EL SECTOR PRIVADO Y ALERTA POR EL CLIMA ELECTORAL
Pedro Quintanilla, estratega de mercados emergentes del banco suizo UBS, también expresó reparos, afirmando que “una reforma tributaria que grave en exceso el sector privado en un momento de alta incertidumbre política mundial perjudicaría aún más la confianza empresarial”.
A esto se suma, dijo, un Congreso con escasa disposición a aumentar los impuestos, especialmente en un año electoral donde varios candidatos de centro-derecha proponen una rebaja de tributos.
Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo, cerró la discusión señalando que “la guerra comercial ajustará a la baja las proyecciones de crecimiento para todos los países, incluyendo Chile, por lo cual el esfuerzo fiscal debe estar concentrado en evitar una recesión”.
“En ese contexto —agregó— no es recomendable plantear una nueva reforma tributaria, ya que ello empeorará las expectativas de los agentes económicos”.
Chile tiene infertilidad estructural, con una de las tasas de natalidad más bajas de la OCDE: 1,16 hijos por mujer. Hoy el gobierno tiene una oportunidad en la reforma al impuesto a la renta: incorporar la exención para madres de este impuesto (además de sala cuna universal).
— Marco Enríquez-Ominami (@marcoporchile) March 17, 2025