La elección presidencial ya arrancó y cómo no también los «ofertones» de campaña, aunque algunos están cayendo en lo burdo con tal de «encantar» al electorado.
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Las promesas de campaña últimamente están regidas por la delincuencia, si bien en el país es un problema latente y que ningún Gobierno ha podido controlar en su totalidad, lo cierto es que estas promesas en vez de dirigir a políticas públicas están sobre pasando el populismo.
LOS «OFERTONES»
La derecha comenzó desatada su campaña electoral, y el hecho de no exista una primaria entre ellos ha hecho que cada promesa sea más inescrupulosa que la anterior.
Kast y Kaiser promueven autodefensa con armas de fuego, mientras que Chile Vamos presenta proyecto para habilitar pistolas eléctricas.
En tanto, la abanderada de RN y la UDI, Evelyn Matthei generó polémica tras proponer cárceles en el desierto, esto ante la migración. Además este miércoles reabrió el debate de reestablecer la pena de muerte en el país.
«IMPULSOS POPULISTA»
la senadora y timonel del PS, Paulina Vodanovic afirmó: “En este país existe la posibilidad efectivamente de reponer la pena de muerte y creo que es un debate que hay que dar. No creo que producto de impulsos populistas deba debatirse una política pública que efectivamente atenta contra la vida humana y finalmente es una medida extrema”.
Y criticó: “La candidata Matthei una vez a la semana tiene una idea un poco descabellada, sin sustento, sin fundamento. Yo no sé cuál sería el impacto real de elevar una pena y hacerla tan gravosa como la pena de muerte. La verdad es que creo que hay que hablar responsablemente de seguridad”.
Por su parte, el líder de la Democracia Cristiana (DC), Alberto Undurraga fue más tajante con la propuesta y afirmó que es “populismo plantearlo cuando se sabe que no es posible por los tratados internacionales”.
El diputado cuestionó que la “elección no se trata deuna competencia de quien dice la frase más ingeniosa para aparecer en la prensa, se trata de proponer un programa realista, financiado seriamente para resolver los problemas”.
El diputado Eduardo Durán (RN), sobre el debate de la pena de muerte planteó que «la primera reacción puede ser aplaudir una medida como la pena de Muerte. Sin embargo, hoy en día el delincuente no le teme a morir y además no recibiría ni percibiría ningún castigo porque ya estaría muerto. ¿Cuál sería entonces el propósito de aplicarla? El problema es que el delincuente no logra empatizar con la vida, está disociado de la vida y la muerte. En cambio, una cadena perpetua efectiva, dura y sin beneficios de por vida, sí representa un castigo máximo que el delincuente deberá enfrentar y sufrir».
