Como “un juicio que pone a prueba la capacidad del Estado de Chile para reaccionar con energía ante la brutal afrenta de un funcionario de Estado del más alto rango a valores rectores del accionar de las instituciones públicas”, calificó el fiscal Miguel Ángel Orellana en su alegato de apertura la segunda jornada de juicio oral en contra de exdirector general de la PDI Héctor Espinosa, acusado de traspasar gastos reservados de la institución a su cuenta personal.
El exjefe de la policía enfrenta cargos como autor de malversación de caudales públicos, falsificación de instrumento público y lavado de activos. Fiscalía pide para él 20 años de presidio y cinco para su mujer, María Magdalena Neira.
Según el persecutor Espinosa el fallecido subcomisario de la PDI Eduardo Villablanca Inostroza «recibía el dinero en fajos de billetes de alta denominación, en un maletín, que tiene sentido por la naturaleza de los dineros, y se los entregaba directamente en su oficina”.
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Agregó que una vez que este «le entregaba el dinero al acusado Espinosa, éste sustraía parte de estos gastos reservados».
«Montos millonarios, los que le ordenaba a su ayudante, a Villablanca, a depositar en sus cuentas bancarias personales”, enfatizó.
18 VECES
Según el fiscal, este modus operandi se repitió en cerca de 18 ocasiones entre los años 2015 y 2017.
“En el 2015, entre los meses de junio y octubre, Villablanca Inostroza cobró un total de cinco cheques por concepto de gastos reservados, uno por cada mes, por la sumatoria equivalente a 171 millones 950 mil pesos”, detalló.
“Luego de efectuar la entrega del dinero al acusado, Espinosa Valenzuela, este le entregó un total de 42 millones en dicho periodo, solicitándole en cada oportunidad que los depositara en las cuentas personales tanto suyas como de María Magdalena Neira”, describió.
“En el 2016, entre los meses de enero y octubre, Villablanca Inostroza cobró un total de 10 cheques por concepto de gastos reservados, uno por cada mes, por un total de 367 millones 400 mil pesos. Tras realizar la entrega del dinero en efectivo, al acusado Espinosa Valenzuela, le entregó un total de 90 millones de pesos” para depositar en las cuentas bancarias, añadió.
Luego, en 2017, entre enero y marzo Villablanca cobró un equivalente de tres cheques por concepto de gastos reservados, y una vez entregado el dinero a Espinosa este ordenó depósitos por un total de 14 millones de pesos, detalló el fiscal.
«MAL ENTENDIDA LEALTAD»
“Saliendo un segundo del área penal, yo imaginaba el desprecio por el mundo de la probidad desde la vertiente administrativa. La instrucción para su ayudante de hacer un depósito en efectivo de tres millones y dos millones, en su cuenta y en la de su mujer, el mismo día y prácticamente a la misma hora que lo está mandando a transformar en efectivo 30 millones de pesos de un cheque por gastos reservados. Cuando no fue el mismo día, fue el siguiente”, explicó Orellana.
Respecto a Villablanca, el fiscal apuntó que “demostró una muy, pero muy mal entendida lealtad y obediencia a toda prueba por Héctor Espinosa”.
Asimismo, criticó que “mientras en cada una de sus cuentas públicas el acusado Espinosa declaraba que uno de sus pilares de su gestión de la probidad, sustraía gastos reservados que debieron estar destinados a funciones claves de Estado y privaba a sus propios hombres de recursos indispensables para realizar adecuadamente sus labores”.