Política

Gobierno y caso Monsalve: La táctica del guatón Loyola

Víctor Maldonado R. Sociólogo

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile.

Caso Monsalve: La táctica del guatón Loyola
Gobierno: Una táctica inspirada en el guatón Loyola Por Víctor Maldonado R. expresa lo grave de los errores no forzados de La Moneda.

Gobierno y caso Monsalve: La táctica del guatón Loyola Por Víctor Maldonado R. expresa lo grave de los errores no forzados de La Moneda.

La situación está descrita premonitoriamente en una de nuestras canciones nacionales más conocidas: “combo que se perdía lo recibía el guatón Loyola, peleando con entereza bajo las mesas, comadre Lola”.

¿El clasismo superó al feminismo?

No es un análisis técnico, pero se entiende. En los días previos a la elección, el oficialismo se ha recetado concentrar todos los errores comunicacionales que el tiempo le permite, sin cansarse nunca.

Cuando nadie creía posible agregar un error adicional a los cometidos, la ministra Antonia Orellana ha logrado darle perspectiva de género al desatino, al comentar la forma como el gobierno se comportó en las primeras horas de la crisis con el exsubsecretario Monsalve.

“No estamos hablando de un portero”, dijo, mostrando que el feminismo puede ser una forma de hablar, pero el clasismo es una forma espontánea de pensar.

Errores no forzados no solo en el tenis

George Orwell ya lo dijo en “Rebelión en la granja”, en una fórmula válida para cualquier tiempo: «Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Esta forma de pensar se entiende en la derecha, su tema preferido no es la igualdad, pero no así en la izquierda.

No existe un sindicato de porteros, pero si existiera ya podemos imaginarnos por quien estaría llamando a no votar este fin de semana.

Siendo las fallas cometidas completamente evitables, hay que preguntarse qué es lo que motiva su contante repetición.

Nuevamente la letra de la canción de Los Hermanos Campos viene en nuestro auxilio: “por dárselas de encacha’o, comadre Lola”.

Si ya me conocen ¿para qué me invitan?

La espontaneidad en el oficialismo sigue cobrando víctimas. Tal parece que la preparación profesional de los mensajes comunicaciones son un lujo de los grupos privilegiados (me refiero a otros grupos privilegiados).

Así que tenemos a las principales figuras del gobierno que, comportándose de un modo muy deferente, respetan de modo anticipado el prenatal de la ministra vocera, de modo que cuando le toca hablar, ya no queda casi nada que decir.

En estas condiciones la vocería se ha convertido en un acto heroico porque cuando se es la última en hablar, ya no hay un error que explicar, sino un abanico de ellos. ¿Quién no la puede admirar? Ahí está, siempre dando la cara. Me niego a criticarla. Si el guatón Loyola fuera una autoridad de gobierno, ya podríamos anticipar sus declaraciones: “ustedes conocen al guatón y saben que él es espontáneo y sincero”.

El país no se merece lo que está ocurriendo

Puede ser que esta forma de encarar el asunto no sea la más apropiada, pero hay ocasiones en que el empleo del humor es una forma de evitar el llanto. Esto no debiera estar ocurriendo y el país no se lo merece.

Lo que ya perecía una lección aprendida no era sino un espejismo. Cuando se está en el gobierno son las obligaciones del cargo lo que prima por sobre los desplantes de carácter sin filtro. No se acomoda el cargo a los gustos personales porque, de hacerlo, el cargo queda vacío de contenido.

El gobierno está pidiendo ser evaluado y se dispone de una elección para hacerlo. El reporte de la noche del domingo también está anticipado en la canción: “quedó como cacerola, comadre Lola el guatón Loyola”.

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