La candidata presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara, no solo se ha consolidado como la figura que representará al oficialismo en la primera vuelta de noviembre, sino que también ha empezado a definir las líneas programáticas y estratégicas de su campaña.
Y para eso, se apoya en un grupo reducido de asesores y figuras políticas de confianza que han ganado espacio en su entorno más íntimo.
Uno de los más influyentes es el sociólogo Darío Quiroga, con quien comparte una historia común desde los tiempos universitarios.
Lea también: Carmona tras triunfo de Jara: «Ahora vienen tareas más grandes»
Aunque Quiroga se alejó del PC hace años, su mirada crítica y fresca de la política ha sido clave para la candidata. Ambos han trabajado en conjunto en esta etapa, sobre todo después de momentos complejos de la campaña, como la entrevista donde Jara defendió a Cuba como una «democracia distinta», generando diversas reacciones.
Otro nombre que destaca es la senadora independiente Alejandra Sepúlveda, con quien Jara tejió lazos durante su gestión como subsecretaria de Previsión Social en el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Ambas mantienen una relación cercana y han trabajado juntas en proyectos legislativos vinculados al mundo laboral y previsional.
VOCES DEL PC
En el plano más político, dentro del Partido Comunista, Jara mantiene canales de conversación con figuras como el ministro de Justicia, Jaime Gajardo, y el senador Daniel Núñez.
Además, escucha con atención a economistas jóvenes vinculados al Observatorio de Políticas Económicas (OPES), como Javiera Petersen, actual subsecretaria de Economía.
También tiene contacto puntual con Susana González, jefa de gabinete de la ministra vocera Camila Vallejo, aunque su rol está acotado por pertenecer al Ejecutivo. Este grupo técnico-político ha sido fundamental para construir un programa con énfasis en derechos sociales, trabajo decente y desarrollo sostenible.
El equipo de Jara, más que amplio, es estratégico: conjuga lealtad, visión crítica y experiencia. Una configuración que podría marcar diferencias frente a sus adversarios en una carrera presidencial que ya empieza a intensificarse.
