Kast no responde por indultos a pedófilos, profundiza sus vacíos y de paso ataca a Jara. Señala que no responderá sus emplazamientos -que califica de mentiras- y asegura que “No voy a caer en su juego”.
José Antonio Kast volvió a quedar en evidencia. Por segundo día consecutivo, el candidato del Partido Republicano rehusó responder el emplazamiento de su contrincante Jeannette Jara respecto de las polémicas declaraciones del diputado y vicepresidente de su colectividad, José Meza, quien planteó que incluso abusadores sexuales de menores podrían recibir conmutación de sus penas si padecen enfermedades terminales o edad avanzada.
La pregunta era simple. La respuesta, otra evasiva más.
Mientras Jara exigía claridad —“el candidato debe una explicación a Chile”— Kast optó por eludir nuevamente el tema. Acusó a su rival de “mentir” y redujo la controversia a un supuesto “juego político”, en vez de abordar la gravedad de la propuesta de uno de los dirigentes más influyentes de su partido.
Del “depende” a la negación: Kast se atrinchera para no pagar costos
Lo más llamativo no es solo su negativa, sino la estrategia evidente: esquivar el debate para evitar costos políticos y, de paso, dejar sin respuesta a periodistas y ciudadanos. Su sector tomó nota. Las críticas internas se han acumulado en las últimas semanas ante un candidato que osciló entre respuestas ambiguas, frases contradictorias y ahora un bloqueo total frente a temas sensibles.
Este domingo en Mesa Central de Canal 13, el alcalde de Providencia Jaime Bellolio señaló que «Kast aún enfrenta desafíos comunicacionales relevantes. Debe responder algunas cosas con mayor precisión».
Kast, sin embargo, prefirió un libreto ya conocido: atacar al Gobierno para no explicar lo propio. “Los únicos que han defendido a un abusador están en el Gobierno”, lanzó el sábado, intentando instalar una distracción con el caso del exsubsecretario Monsalve. Pero su acusación no respondió en absoluto al fondo: la propuesta de Meza sigue sin ser desmentida.
Un candidato que no responde
En Antofagasta, este domingo, Kast endureció su negativa. Consultado directamente, volvió a refugiarse en el discurso de las “mentiras” de Jara. “No voy a caer en el juego… si tiene alguna consulta real, la contestaré en el debate de Anatel”, afirmó, repitiendo el guion que ya se consolida: no responder nada comprometedor fuera del escenario controlado de los debates, donde calcula que el costo de evadir puede diluirse.
El republicano incluso acusó falsamente a Jara de inventar posturas sobre su programa —como el fin de la PGU, el aumento masivo de la edad de jubilación o la eliminación de la indemnización por años de servicio— evitando nuevamente referirse al punto concreto: ¿está o no de acuerdo en indultar abusadores de niños?
La pregunta sigue abierta. Y Kast sigue huyendo.
El episodio revela algo más profundo: un candidato que enfrenta el tramo final de campaña tratando de evitar definiciones incómodas, incapaz —o sin voluntad— de asumir la responsabilidad política sobre las palabras de su propio vicepresidente partidario.
Mientras tanto, el país sigue esperando una respuesta clara. Y Kast, nuevamente, prefiere no darla.
