«La 4 dientes» revive asesinato de exmarido por hijo del «Mamo», Manuel Contreras Valdebenito. El hijo de la artista presenció el crimen.
La popular artista nacional, Gloria Benavides, conocida como la «4 dientes» por su personaje en el programa Sábados Gigantes, abrió un doloroso episodio en su vida.
En CNN Íntimo, la actriz, cantante y comediante recordó sus inicios en el escenario, la vida en dictadura y también el asesinato de quien fuera su marido.
Su extraña vida en dictadura
Gloria Benavides narró a Matilde Burgos, la conductora del programa, cómo fue su vida durante la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet.
“El 73 allanaron muchas casas, a mí me allanaron dos veces, es que había mucho ruido de que había armas por ahí, pero me trataron bien”, relató.
Reconoció que por aquella época tenía “muchos amigos de izquierda, entonces para mí era muy fuerte».
«Hubo mucha gente que sufrió muchísimo”
«Mi amiga más querida se tuvo que ir, entonces obvio que era muy doloroso para mí, y para cualquier persona, o sea, que desaparezca gente (…). .
Reconoció que era “totalmente” consciente de lo que ocurría en aquellos tiempos y que siempre ha estado “muy involucrada en lo que pasa mi país”.
Entre los recuerdos, revive cuando le ofrecieron ser rostro de la campaña del Sí en 1988, pero ella se negó, pese a la gran suma ofrecida.
Rechazó ser rostro de la campaña de Sí a Pinochet
“Me hicieron ofertas increíbles que me habrían solucionado la vida, pero no, yo no soy así.
Gano mi plata con lo que yo trabajo y con lo que yo creo que es bueno para mí y eso no era bueno para mí.
Mi pensamiento no lo conocen, pero yo soy para toda la gente, ya que por hacer humor soy transversal”, reflexionó.
Lejos de los extremos
“Siempre me costó (conseguir trabajo), porque no estaba definida para un lado, por lo que todo me costó mucho”.
Deja claro que no estaba de acuerdo con la dictadura, ni con “ningún extremo”. Por eso no le fue fácil trabajar ni en la UP ni en la dictadura.
Ello, a pesar de haber sido cónyuge de un militar vinculado a los servicios de seguridad de la dictadura.
Matrimonio corto e intenso
En el año 1974, Gloria conoció a quien fuera su segundo esposo, un oficial del Ejército, Joaquín Molina, ligado a la CNI.
“Es que él era muy seductor. Era guapo, seductor y me enamoré (…) Lo conocí durante una gira al sur y me encantó, por lo que nos casamos como al año y tanto después de conocernos”, cuenta.
Comenta que supo poco de lo que su marido hacía o qué pasaba con la represión: «No, porque él decía que mientras menos supiera era mejor para mí.
Yo le preguntaba y no había contestación. (Sobre crímenes) Yo nunca supe, nunca pregunté, nunca nada.
Yo me separé rápido, duré dos años y ahí me quedé sola. Creo que fue un gran amor que yo tuve, pero que era imposible continuar», recuerda.
Nota de la redacción: Joaquín Molina, quien fuera parte de la CNI y vinculado a innumerables casos de violaciones a los DDHH., se encontrab en una fiesta junto a su hijo, en que también estaba el hijo homónimo de Manuel Contreras alias el Mamo.
En esas condiciones se dio una discusión entre ambos hombres que derivó en el asesinato de Molina ametrallado.
Contreras fue absuelto por haber acuado, según el fallo, en «legítima defensa».
El asesinato del padre de su hijo a manos del hijo del «Mamo» Contreras
«Sentí angustia, porque era el papá de mi hijo y era muy buen papá. Estaba mi hijo con él, lo que contó Joaquín es que el papá lo tiró lejos, porque veía que venía una metralleta.
Fue espantoso, porque estaba mi hijo ahí y él vio todo eso. Cambio la vida de todos, de toda la familia, de mi hijo.
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Nunca lo conversé con mi hijo hasta más grande, luego que pasó tiempo. Él estaba haciendo pizza con su papá adentro de la casa, estaba con sus dos hermanos de parte de papá (…).
Me duele. Yo nunca digo el nombre (de Manuel Contreras padre) porque recibí muchas amenazadas, así que no puedo».
Desaparecidos: Siento dolor por el dolor de otros
Se niega a olvidar lo sucedido en la dictadura, es una herida abierta para ella. «Yo tengo la ventaja que no perdí ningún familiar.
Pero todas las personas que perdieron un familiar, un ser querido, es natural que quieran encontrarlos, que quieran saber donde están, saber qué pasó con ellos, por último ir a llorar o tirar unas flores en un lugar.
Tendría que ser muy inhumana para no sentir dolor por el dolor de otros».
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