El exembajador de Chile en Francia y Filipinas, José Miguel Capdevila, realizó un duro descargo contra el actual gobierno -liderado por Gabriel Boric– luego que se le pidiera la renuncia en medio de su carrera como diplomático.
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A través de una carta enviada a El Mercurio, Capdevila sostuvo que “después de una larga carrera de 43 años en el servicio exterior de Chile, habiendo servido al país durante nueve gobiernos desde mi ingreso a la Academia Diplomática, el presidente Gabriel Boric decidió poner término a mi labor diplomática y al cargo de embajador”.
Respecto a su paso por Francia, detalló que “llevando un año en funciones en Francia, el canciller Van Klaveren decidió removerme del cargo aduciendo que tenía un sumario administrativo por la denuncia de dos funcionarias diplomáticas sobre un presunto maltrato laboral. La determinación del ministro se adoptó violando el principio de inocencia y el debido proceso que la Constitución y las leyes garantizan a cualquier ciudadano”.
LA CARTA DEL EXAMBAJADOR
Capdevila relata que “luego se propuso nombrarme como embajador en Canadá, cargo que acepté y que finalmente no prosperó al rechazarse por las autoridades canadienses la solicitud de agreement, algo inédito en la historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Este desenlace solo puedo atribuirlo a la impericia de la subsecretaria Gloria de la Fuente, quien, pocos días antes de enterarme del hecho por los diarios, estaba participando en Ottawa de consultas políticas con sus contrapartes canadienses“.
“Por su parte, la determinación de removerme de mis funciones en Francia ocurrió en un contexto donde tres embajadores de carrera, con sumarios por maltrato laboral, continuaron en sus cargos en el exterior, violándose el principio de igualdad ante la ley”, añadió también el exembajador.
En esa misma línea, asegura que “posterior a mi regreso a Chile, las autoridades del ministerio me mantuvieron durante un año en mi casa sin asignación de funciones, algo que contraviene mis derechos laborales y el estatuto administrativo“.
Respecto al sumario en su contra, Capdevila señaló que “debo decir que esto nunca fue la búsqueda de la verdad administrativa, solo el previsible epílogo de una persecución política, atizada con perspectiva de género, del ‘yo te creo, amiga’, y la intervención de una influyente ministra en apoyo de las funcionarias. Paradojalmente, una de ellas fue responsable directa, luego de mi partida de París, de la renuncia de una antigua secretaria de la embajadora por maltrato laboral, antecedente que obra en poder de la subsecretaria de la Fuente“.
“Esta ordalía que me tocó padecer concluyó en julio pasado cuando recibí una fría carta del ministro Van Klaveren, solicitándome la renuncia por pérdida de confianza del Presidente de la República“, añadió.
Finalmente, a modo de reflexión, el exembajador Capdevila sostuvo que “la destrucción de una larga e impecable carrera en el servicio diplomático y de una familia nunca importó. Así son los tiempos que vivimos en Chile, los de la cancelación en nombre del género, cuando el sujeto no pertenece a mi domicilio ideológico, naturalmente“.
“Distinta suerte corren los ‘amigos del poder‘, como hemos visto en los casos donde las autoridades de primera línea son ‘amparadas‘ en la complicidad de La Moneda. La doble moral que borra con el codo lo que ayer escribieron con la mano”, sentenció.