La ministra de Defensa, Maya Fernández, abordó este miércoles la polémica relacionada con la fallida compra de la casa que perteneció a su abuelo, el expresidente Salvador Allende, la cual actualmente comparte con su hermano. El Gobierno había propuesto adquirir el inmueble por un valor de $933 millones, con el objetivo de establecer una casa museo en Providencia, lugar donde residió el exjefe de Estado.
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La situación ha generado un fuerte rechazo por parte de la oposición, que cuestiona tanto el elevado costo como la implicación directa de la ministra Fernández y la senadora Isabel Allende en el asunto. En respuesta a estas críticas, la secretaria de Estado subrayó que “nunca ha habido traspaso de recursos” y que, desde que heredó la propiedad con su hermano tras el fallecimiento de su madre, no ha recibido compensación alguna por la casa.
«NUNCA PARTICIPÉ EN REUNIONES»
Fernández explicó que, debido a su cargo como ministra, no podía estar directamente involucrada en el proceso de compra, por lo que se contrató a un abogado para gestionar los aspectos técnicos relacionados con el inmueble. “Nunca participé en reuniones, porque no corresponde”, afirmó, añadiendo que tampoco el equipo del Ministerio de Defensa estuvo implicado.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de renunciar, la ministra Fernández reafirmó su compromiso, manifestando que permanecerá en su puesto mientras el Presidente de la República así lo decida. Además, destacó que, aunque el intento de adquisición no se concretó, es importante reconocer que “el proceso no fue bien llevado”, lo cual lamenta.
Respecto al legado del expresidente Allende, Fernández enfatizó que “no está en su casa, está en su historia”, reiterando la importancia de la autocrítica en el contexto gubernamental. “Yo nunca me voy a arrepentir de no haber participado, porque no corresponde como ministra de Defensa”, concluyó.
