Negociación en la derecha: al final del comienzo Por Víctor Maldonado R.
La centroderecha dio la impresión de estar llegando a un acuerdo con retraso, no por un asunto de fechas, sino porque había comunicado con anticipación el cierre de las negociaciones en dos oportunidades sin poder concretarlo.
Con una explicación que linda en la ternura, se llegó a decir que el retraso en los anuncios se debía a que se estaban “afinando el detalle de los equilibrios políticos”, cuando el logro de equilibrios es la esencia de lo que se debe lograr.
Se trata de un acuerdo que cubrió lo medular, pero que no está completo.
Se llega a una lista de 284 candidatos acordados, incluyendo 24 que se resolverán por encuestas.
Siguiendo la misma combinación, hay acuerdo en 10 gobernaciones y en 6 se recurrirá a sondeos de opinión.
Movidas de ajedrez
En la decisión más importante, RN optó por un mayor número de gobernaciones a cambio de ceder Valparaíso.
Con los datos disponibles, fue una determinación valiente y correcta, costosa pero inevitable.
Con ello la UDI obtiene el cupo más ambicionado y ambos partidos escogen el modo en que sus directivas serán evaluadas por el éxito o fracaso de sus estrategias de negociación.
Las cosas han cambiado en un punto decisivo.
En cualquier ocasión anterior, este anuncio de Chile Vamos habría sido el final de este tipo de tratativas, pero ahora se ha convertido en la antesala.
La negociación definitiva se logra con republicanos y fue ese partido el que notificó que el tiempo se había agotado, y que ya no aceptarían más anuncios de cierre que no se concretaban.
Fue la presión puesta por el partido de Kast lo que fijó el límite para los anuncios.
En caso contrario, Chile Vamos ya estaba advertido que empezaría a producirse la proclamación de candidatos republicanos.
La indefinición de la centroderecha estaba resultando costosa, incluso a nivel municipal porque, no acostumbrados a la espera inactiva, republicanos había subido sus pretensiones pasando de 60 a 70 las alcaldías solicitadas.
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Solo como un dato anexo, hay que decir que la intervención de Evelyn Matthei promoviendo la presentación de candidaturas concordadas dejando en suspenso lo que sucediera con Valparaíso es bastante insólito.
Todas las tratativas giraban en torno a esta capital regional y pretender obviarla era por completo imposible.
Si esta es la forma como la candidata presidencial pretende mediar entre partidos, no hay nada bueno que esperar de algo así.
Las tensiones han sido mayores a lo habitual.
Se ha retrocedido en buenas prácticas institucionales.
Con María José Hoffman se rompe la regla de que los negociadores no son, a su vez, candidatos y la negociación se tiñe de oscuro.
Se presenta como logro el haber despejado la mayor parte de las comunas en disputa en Chile Vamos, pero ponerse a celebrar que se llega a la parte más dura de las tratativas es una alegría un tanto forzada.
La negociación en la centroderecha no es el fin del camino, sino una estación intermedia.
Lo más duro es la relación con republicanos y también se tiene vegetando en la sala de espera a Demócratas, Amarillos y PSC que ven lo que pasa, sin poder hacer nada.
Cuando se llegue a conversar con ellos, queda lo que a los demás no les interesa, lo que deja poco espacio para el decoro.