El rechazo a su proyecto sobre la dieta de los expresidentes no fue el único golpe que recibió Pamela Jiles (PDG) este martes en la Cámara. La diputada vio consolidarse un acuerdo transversal entre oficialismo y oposición cuyo objetivo central es reducir su influencia en la Comisión de Constitución, donde había logrado instalar temas de alto impacto como los retiros previsionales.
UN ACUERDO PARA LIMITARLA
El pacto consiste en la rotación de la presidencia de la comisión —una de las más estratégicas del Congreso— entre representantes de ambos bloques. Así, Jorge Alessandri (UDI) presentó su renuncia para ceder el cargo a Javiera Morales (Frente Amplio) a partir del 30 de septiembre. La fórmula salomónica permitirá compartir el control de aquí al 2026, blindando la agenda de la comisión frente a las propuestas de la parlamentaria PDG.
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DEL PROTAGONISMO AL AISLAMIENTO
Hasta ahora, Jiles había jugado un rol bisagra entre oficialismo y oposición, lo que le dio un peso inusual para promover proyectos incómodos para el gobierno y la derecha, como nuevos retiros de fondos previsionales o la rebaja de beneficios para exmandatarios. El nuevo acuerdo busca cerrarle ese espacio.
CHOQUE FINAL CON ALESSANDRI
En la última sesión, la diputada se enfrentó con Alessandri en un duro intercambio. Lo acusó de no haber hecho “nada relevante” en su presidencia salvo asegurar “una renta millonaria y fuero” para los expresidentes. El gremialista le replicó pidiéndole no “mentir” en la interpretación de la norma.
UN FUTURO CUESTA ARRIBA
Con la presidencia de la comisión bajo un sistema de turnos pactado entre oficialismo y oposición, Jiles pierde su margen de maniobra. El aislamiento político que hoy enfrenta anticipa que sus banderas más reconocidas —dietas y retiros previsionales— tendrán escasas posibilidades de prosperar en lo que resta de la legislatura.