Una larga entrevista, donde revisó temas que pasaron desde la figuran de Salvador Allende y el golpe de Estado, pasando por la oposición y la ultraderecha, hasta la reforma tributaria y el Caso Convenios y su relación con Revolución Democrática, dio el Presidente Gabriel Boric a BBC Mundo.
La conversación partió por este último punto y el Mandatario reconoció que se trata de un momento “complejo”, insistiendo en su discurso en que “acá se tiene que saber absolutamente todo, no se protege a nadie, independiente de la cercanía al partido que tenga”.
De todas maneras, descartó que el escándalo impacte en la promesa de probidad, puesto que “no se ha defendido a nadie, se ha dicho que esto es grave y, por lo tanto, tiene que investigarse, poner todos los antecedentes que tenemos a disposición de los organismos correspondientes, independientes del gobierno, tanto de la Fiscalía como de la Contraloría”.
“Y si hay personas que cometen delitos, que sean determinados por la Justicia, o actúan de una manera reñida con la ética y la moral que nosotros hemos defendido, por cierto que tienen que responder ante la gente”, dijo.
“La diferencia es que acá no vamos a hacer ningún tipo de compadrazgo ni perdonazo ni intento de blanquear la situación”, apuntó.
ALLENDE: LUCES Y SOMBRAS
Respecto de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y los 30 desde la recuperación de la democracia, tema que ha marcado su gira por Europa, el Presidente dijo que «nosotros, desde los movimientos sociales y de los partidos de izquierda, tenemos una visión crítica respecto de ciertos aspectos, pero esos aspectos no implican dejar de reconocer las cosas que se hicieron bien».
“Las cosas no son blanco o negro. En general están llenas de matices. Para tener una reflexión histórica y política respecto a nuestro pasado reciente se requiere un poco más que la pelea por los diarios”, comentó.
Sobre los 50 años, en tanto, el mandatario reconoció que es un tema complejo que genera divisiones en el país, pese a su llamado a firmar una declaración conjunta.
“Yo esperaría que al menos seamos capaces de ponernos de acuerdo en dos cosas, que me parece un consenso básico: que los problemas de la democracia tenemos que resolverlos con más democracia y no con menos, y que, por lo tanto, un golpe de Estado es inaceptable. Y que nada, ninguna diferencia entre nosotros, justifica que se violen los derechos humanos”, pidió.
“Esos dos consensos básicos a mí me parecerían un avance significativo y espero que podamos lograrlo, independiente de la redacción que logremos, con la gran mayoría del espectro político”.
Asimismo, consultado por la figura del presidente Salvador Allende, el mandatario admitió tener un profundo respeto, principalmente por su trayectoria política, por ser un “demócrata (…) un gran conciliador y buscador de acuerdos que en los momentos más duros siempre optó por la democracia”.
“A mí no me gustan las idolatrías. Allende, como toda persona compleja, tiene luces y sombras. Él nunca pretendió ser un santo, pero políticamente, desde mi punto de vista, su trayectoria es impecable. Y lo respeto muchísimo”, resaltó.
«EXCESO DE VOLUNTARISMO»
A un año y medio de Gobierno, el presidente Boric también hizo una autocrítica por el “exceso de voluntarismo”, sobre todo por cómo se abordó el conflicto en la Macrozona Sur con el pueblo Mapuche.
“Creo que en algunos temas pecamos de exceso de voluntarismo (…) En la manera de abordar el conflicto entre el Estado chileno y el pueblo mapuche, por ejemplo”, afirmó.
Pero también, asumió que “en materia de reforma tributaria podríamos haber planteado en un primer momento la estrategia de una manera distinta para no haber tenido ese rechazo”, aunque agregó que las fuerzas políticas tenían un “deber moral” de arribar a consensos para impulsar iniciativas como un nuevo pacto fiscal y un acuerdo en materia previsional.
“Desde ese punto de vista, hemos sostenido que es necesario tener un acuerdo fiscal más amplio. No podemos seguir financiando los gastos que tiene el Estado actualmente con el pacto fiscal que tenemos. Eso significa, por cierto, mejorar nuestro crecimiento y productividad que están estancadas hace diez años, pero también distribuir de mejor forma la riqueza que generamos”, explicó el Presidente.
Y llamó a la oposición a buscar un pacto fiscal a través de un “un sistema que sea justo, transparente, sencillo y, por sobre todo, progresivo”.
Respecto del tema constitucional y la Convención, expresó que «era necesario tener una mayor amplitud. El rechazo fue tan categórico que uno no le puede echar la culpa al pueblo de que no quiso lo que tú querías. Eso es absurdo”, sentenció.
“Nos alejamos del sentido común de la mayoría de los chilenos y chilenas, y el reconectar con sus preocupaciones urgentes, ser un gobierno que se haga cargo de ellas a la vez que empuje transformaciones estructurales de largo plazo, es algo que hemos ido reencauzando y creo que va a dar frutos en el mediano plazo”, sostuvo.
CUIDADO CON LA ULTRADERECHA
De todas maneras, aprovechó para hacer un llamado a la oposición, considerando que él también fue oposición en la anterior administración del presidente Gabriel Boric.
“Yo entiendo que en ese rol se cometan excesos discursivos. Yo fui parte de la oposición en el gobierno anterior y entiendo cómo funciona eso. Lo que les diría es que el estallido social que vivimos el año 2019 no fue un invento, ni fue solamente un acto delictual, como algunos tratan de describirlo. Fue una expresión de profundo malestar de miles de chilenos y chilenas que sienten que la política e instituciones no les responden ante sus necesidades”, pidió.
“El oponerse a absolutamente todo y tratar de desestabilizar al gobierno de manera permanente, como ha sido la tónica en el último tiempo, no contribuye a la solución de los problemas. Y esos problemas van a seguir existiendo, independiente de quién gobierne.
Por lo tanto, lo que les pido es que tengamos todos altura de miras para tratar de solucionarlos en conjunto y no sencillamente patearlos para adelante. Porque estos problemas, si no los solucionamos ahora, van a seguir ahí”, reflexionó.
Por último, ante la posibilidad de que el próximo gobierno sea encabezado por el excandidato presidencial José Antonio Kast, Boric le bajó el perfil, aunque advirtió por las propuestas de la ultraderecha.
“A mí me preocupa la continuidad de las instituciones democráticas y el bienestar del pueblo de Chile. Y, en ese sentido, creo que las propuestas de la ultraderecha en nuestro país no son buenas para los chilenos y, por lo tanto, espero que logremos generar una continuidad. Pero todavía es muy pronto para pensar en los resultados de las elecciones presidenciales. Quedan 2 años y medio, y yo confío en que el fruto del trabajo que hemos estado llevando adelante va a convencer a la gente que esta ha sido una buena alternativa. Y si no, respetaré la voluntad democrática del pueblo, que es lo que corresponde en una democracia”, estimó.
¿Y el futuro personal?
“Evidentemente, voy a terminar muy joven, si todo sale bien, a los 39 años, pero no estoy pensando en qué voy a hacer después en términos políticos. Colaborar con mi partido, con Chile, pero no en términos de querer ser presidente de nuevo, no es algo que esté pensando”, reconoció.