El lunes, en una conversación informal entre algunos diputados del Partido Socialista (PS), discutían sobre qué autoridades del Gobierno podrían dejar sus cargos en noviembre para postular al Congreso el próximo año.
Durante la charla, mencionaron el caso del exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve. Algunos llegaron a especular que, si el Ministerio de Seguridad se aprobaba y Monsalve continuaba en ese rol, podría convertirse en un inesperado candidato presidencial en solo tres meses, según recordó un parlamentario presente.
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Antes de verse involucrado en una denuncia de abuso sexual por parte de una asesora, Monsalve era una de las figuras socialistas mejor posicionadas en las encuestas gracias a su gestión en seguridad. Sin embargo, el jueves todo cambió. Cerca de las 10 de la mañana comenzaron a circular rumores en el Congreso sobre la inminente publicación de una noticia que afectaría a Monsalve, confirmando los rumores de una acusación de índole sexual que circulaban en el PS.
DAÑO DIRECTO AL PARTIDO
Dos miembros de la directiva señalaron que el caso suponía un «daño directo» al partido. Aunque se trataba de una conducta personal, la relevancia política de Monsalve hacía que el impacto fuera inevitable, especialmente a solo una semana de las elecciones municipales. «Es evidente que la situación no es fácil y nos afecta», expresó el senador socialista Gastón Saavedra. «Es un balde de agua fría, pero acá los actos son individuales «, agregó el diputado Tomás De Rementería.
El jueves, tras la publicación del medio La Segunda, la cúpula del PS reconoció que la continuidad de Monsalve era insostenible. Ante ello, el partido activó un protocolo de control de daños: el caso fue remitido al Tribunal Supremo, que suspendió la militancia de Monsalve, y emitieron un comunicado pidiendo la mayor rigurosidad en la investigación, sin ningún tipo de privilegios.
En tanto, en La Moneda también reinaba el caos. La presidenra del PS, Paulina Vodanovic, apenas logró comunicarse brevemente con la ministra Tohá y con el propio Monsalve, con quien quedó de conversar más adelante.
PARTIDO SOCIALISTA
Para el decano de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, «En el PS la respuesta a la crisis ha sido reactiva, aunque por ahora el caso está encapsulado en Monsalve (…). Esto es un golpe a un activo que exhibía el PS, de contar con liderazgos con experiencia y reputación pública».
Por su parte, Ignacio Imas, gerente de Asuntos Públicos de Imaginacción, señaló que este incidente daña la imagen del Socialismo Democrático, que había intentado posicionarse como el apoyo principal a la gestión del Presidente Boric. Monsalve, como figura clave en seguridad, les daba una proyección más allá de las promesas iniciales del Gobierno.
Internamente, la presión en el PS aumentó. La diputada y vicepresidenta del partido, Daniella Cicardini, calificó los hechos como «graves» y pidió ser coherentes, exigiendo la expulsión de Monsalve, ya que consideraba insuficiente la suspensión temporal de su militancia.