Pese a más de seis años de tramitación y a estar en la recta final, la esperada reforma al sistema de notarios volvió a estancarse. Este miércoles, el Senado aplazó nuevamente la votación del proyecto, fijando una nueva fecha para el próximo martes 1 de julio.
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El texto, que ya había sido aprobado por la Cámara de Diputados y contaba con informe de comisión mixta desde hace dos meses, no logró avanzar debido a diferencias entre ambas cámaras. En específico, persiste la controversia sobre cómo se votó la división del Conservador de Bienes Raíces de Santiago.
La senadora Paulina Núñez (RN), quien presidió la comisión mixta, reconoció públicamente la discrepancia entre lo aprobado por la Cámara Baja y lo acordado en la instancia mixta, e hizo un llamado a encontrar una salida consensuada. Desde la UDI, la senadora Luz Ebensperger pidió no seguir postergando la reforma y restó importancia a una eventual judicialización del conflicto ante el Tribunal Constitucional.
En medio de este panorama, el Gobierno decidió rebajar la urgencia del proyecto. La ministra de la Secretaría General de la Presidencia, Macarena Lobos, anunció que la reforma dejará de tener «discusión inmediata» y pasará a tramitarse con «urgencia suma», con el objetivo de facilitar acuerdos.
El proyecto contempla modificaciones importantes: el ingreso a los cargos de notario por Alta Dirección Pública, nuevas inhabilidades, y la posibilidad de extender por seis meses el plazo de salida para quienes cumplan 75 años o más. Sin embargo, aún hay voces críticas.
El senador Pedro Araya (PPD) reconoció avances, pero cuestionó el modelo de nombramientos propuesto. La diputada Camila Musante (Independientes-PPD) fue más dura, calificando la reforma como «cosmética» por no abordar temas como la digitalización del servicio ni el rol de los fedatarios.
A esto se suma el peso del lobby de asociaciones notariales y las acusaciones sobre vínculos familiares entre notarios y parlamentarios, factores que han dificultado el avance de una reforma que, aunque ha estado más cerca que nunca de convertirse en ley, sigue sin cruzar la meta.
