El día en que la Corte Suprema resolvió rechazar el cuaderno de remoción presentado contra Antonio Ulloa, entonces ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, su círculo cercano cuenta que él creyó que todavía podía continuar su carrera y que aún quedaba un espacio para él dentro del Poder Judicial.
Para ese momento, Ulloa ya asumía que probablemente lo trasladarían a otra jurisdicción, pero la resolución del máximo tribunal le devolvió una tenue esperanza de que su trayectoria como juez aún no llegaba a su fin.
Lea también: Kast: “El que quiera colaborar, que se sume, sin ninguna exigencia”
Antes de eso, cuando había sido suspendido de sus funciones, comenzó a caer en un cuadro depresivo que incluso lo llevó a evaluar seriamente su renuncia. Estuvo a punto de concretarla cuando la Corte de Apelaciones de Santiago decidió aplicarle cuatro meses de suspensión y lo cuestionó con dureza por parte de sus actuaciones.
CORTE SUPREMA
Por esa razón, que la Suprema disminuyera la sanción y descartara removerlo le permitió volver a respirar, según relató a este medio una persona que se mantiene en contacto frecuente con él. Sin embargo, todo cambió cuando el Senado aprobó la acusación constitucional.
Ese lunes 10 de noviembre, el magistrado resolvió que no volvería a pisar un tribunal. Según quienes han conversado con él, Ulloa consideraba que lo estaban castigando nuevamente por los mismos hechos y que la medida era injusta y desmedida.
Aunque intentó persuadir a los parlamentarios de no poner fin a su carrera judicial, finalmente el Senado concluyó que había infringido el deber de reserva, el deber de abstención e imparcialidad en decisiones jurisdiccionales y que intervino indebidamente en nombramientos de jueces. Con esa resolución, quedó destituido e inhabilitado para ejercer cargos públicos durante cinco años.
“Totalmente injusto, en pleno periodo electoral, pero bueno, eso se va a ver después cuál es el camino a seguir. Lo importante es que ya se respetó la institucionalidad”, declaró el exministro tras salir del Congreso.
MUNDO LABORAL
A una semana de esa decisión, Ulloa ha comentado a su entorno que entiende que deberá reincorporarse al mundo laboral en algún momento, pero tiene claro que será lo más lejos posible del derecho, de los tribunales y de cualquier instancia judicial.
Para definir su futuro, se tomará algunas semanas. Paralelamente, junto a su equipo jurídico evalúa los pasos a seguir. Tal como lo hicieron otros jueces removidos —entre ellos los exministros de la Suprema Sergio Muñoz y Ángela Vivanco—, Ulloa ya decidió que demandará al Estado en instancias internacionales, acusando vulneración del principio non bis in idem, que impide sancionar dos veces a una persona por los mismos hechos.
DEPARTAMENTO Y VEHÍCULO
Pero su salida no solo implica dejar la judicatura: al quedar destituido, él mismo debe devolver el departamento donde vivía y el vehículo que usaba, ambos pertenecientes a la Corporación Administrativa del Poder Judicial (CAPJ).
El inmueble corresponde a uno de los departamentos judiciales ubicados en un edificio de Vitacura. Desde la CAPJ explicaron que “según el reglamento, tiene un plazo para entregar la vivienda judicial de 30 días hábiles administrativos desde que se produce la causal correspondiente”. Además, detallaron que esto implica “la desocupación total del inmueble, estacionamiento y bodega”.
Respecto del vehículo fiscal asignado, señalaron que “se procedió a la notificación de dicha devolución por parte de la Corporación Administrativa del Poder Judicial correspondiente a la jurisdicción de Santiago”.
Sobre las pertenencias que pudiera haber mantenido en la Corte de Santiago, personas de su entorno aseguran que lo más probable es que no regrese a retirar nada, ya que casi no guardaba objetos personales en ese despacho. Para él, recalcan, esa etapa ya terminó completamente.







