Unidad tardía: FA pide cerrar filas tras perder La Moneda. La diputada Gael Yeomans del Frente Amplio (FA), habla de unidad, pero evita balance crítico del fracaso. También olvida que la unidad no es de sola defensa, requiere proyección, un mínimo común para avanzar.
A una semana del triunfo de José Antonio Kast, el oficialismo intenta reordenarse como oposición. La consigna dominante es la unidad. El diagnóstico profundo, en cambio, sigue abierto.
Yeomans apela a cerrar filas
La diputada del Frente Amplio Gael Yeomans sostuvo que la unidad del progresismo es “imprescindible” frente al próximo gobierno. El objetivo, dijo, es defender lo construido durante este ciclo político.
Mencionó como prioridades la Ley de 40 Horas, la reforma previsional y los derechos sociales impulsados por el actual oficialismo.
“Necesitamos unidad para defender esos avances”, afirmó.
Autocrítica en abstracto
Yeomans señaló que el sector debe abrirse al diálogo y a una reflexión colectiva. Habló de autorreflexión y autocrítica, pero sin detallar errores concretos de la campaña derrotada.
No hubo referencias específicas a fallas de gestión de gobierno, estratégicas, desconexión territorial ni a la incapacidad de ampliar mayorías sociales. Menos reconocer que los más que «simples errores» los alejaron de la gente.
El llamado a la unidad apareció antes que un balance político claro. En realidad responde al complejo escenario de fragmentación que vive la izquierda tras la victoria de José Antonio Kast.
«Autopsia» política:
Socialismo Democrático (PPD, PR, PS, Liberales) y la DC: Estos sectores están en una fase de «repliegue táctico». Existe una fuerte autocrítica respecto a haber quedado subordinados a la agenda del Frente Amplio, y voces dentro de la DC y el PPD ya plantean la necesidad de reconstruir un centro político autónomo que se diferencie claramente de la izquierda tradicional. No es claro que el PS esté dispuesto a dejar la unidad con el FA ni el PC.
2. Causas de la derrota según el análisis actual: Los expertos y los propios partidos identifican tres factores críticos en este diciembre de 2025.
Voto Obligatorio y Seguridad: El oficialismo no logró conectar con el nuevo electorado masivo (voto obligatorio) que priorizó la agenda de seguridad y control migratorio, banderas que capitalizó Kast.
Gestión de Gobierno: Se asume que el desgaste de la administración saliente y la percepción de inseguridad pesaron más que los logros en derechos sociales mencionados por Yeomans.
Desconexión Territorial: Algunos sectores del Frente Amplio reconocen una «inserción social superficial». Aseguran que la política se quedó en los discursos institucionales sin penetrar en los barrios afectados por el narco y la crisis económica.
3. El proceso de responsabilidades y cambio de Liderazgos: La derrota de Jara ha abierto una carrera por quién articulará la oposición desde marzo de 2026. La diputada Yeomans busca posicionar al FA como ese motor unitario, pero enfrenta la resistencia de una centroizquierda que no quiere repetir una coalición bajo los mismos términos.
Fragmentación en curso
Mientras desde el FA llaman a la unidad, en el oficialismo conviven diagnósticos distintos. Sectores de centroizquierda evalúan reagruparse por fuera de la izquierda tradicional.
El debate incluye la posible conformación de dos bloques: uno de centroizquierda y otro de izquierda dura.
Unidad sin explicación
El llamado a la unidad se instala como respuesta inmediata a la derrota. Sin embargo, persiste la pregunta de fondo: unidad para qué y sobre qué bases.
Sin un análisis claro de los errores cometidos, distintas voces advierten que la unidad puede transformarse en un atajo retórico más que en una estrategia política sólida.
En un escenario donde el nuevo gobierno ya prepara su agenda, el progresismo enfrenta un dilema central: cerrar filas sin revisar el pasado, o asumir costos políticos para reconstruir credibilidad.
Los otros factores
Existen al menos tres elementos adicionales que están configurando el tablero y que explican por qué el llamado de la diputada Yeomans enfrentará resistencia:
El «Factor Municipal» 2024. Muchos de los actuales reproches en el bloque DC-PPD-PS provienen de las heridas de la negociación municipal de octubre de 2024. Los partidos del Socialismo Democrático más la DC, sienten que cedieron demasiado espacio al Frente Amplio y al PC en comunas clave, lo que a la larga terminó debilitando sus estructuras territoriales de cara a la presidencial que acaban de perder.
La Sucesión en el Frente Amplio: El llamado de Yeomans también tiene un componente interno. Tras la derrota. El Frente Amplio (ya como partido único) busca un nuevo liderazgo que unifique sus distintas «almas». Ella, junto a figuras como Constanza Martínez, intentan evitar que el FA se diluya o que el PC tome la hegemonía total del relato opositor frente a Kast.
El «Dique de Contención» Legislativo. Más allá de las palabras, el verdadero desafío de esa «unidad» será el 11 de marzo de 2026. Con la mayoría que obtuvo la derecha en el Congreso en las elecciones de noviembre, la única forma que tiene el progresismo de evitar la derogación de leyes emblemáticas es actuar como un solo bloque.
Si algún partido decide negociar por separado con el gobierno de Kast, la unidad que pide Yeomans será solo una declaración de intenciones.
El progresismo chileno está hoy en un estado de «autopsia política» y no en un «estado de duelo» político. En el primer estado, no hay sobrevivencia. Si desea sobrevivir frente al nuevo ciclo de gobierno de derecha, debe darse cuenta que la urgencia de entender, rectificar y proyectar, choca con la urgencia de pasar facturas internas por la derrota.







