En medio del debate por la seguridad en el Barrio Meiggs, la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, salió al paso de las críticas del alcalde de Santiago, Mario Desbordes, quien la acusó de faltar a la verdad sobre el origen y liderazgo de los operativos contra el comercio ilegal en ese sector.
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Desde La Moneda, tras un nuevo consejo de gabinete, Vallejo recalcó que las intervenciones en Meiggs y calles aledañas no son nuevas ni responden a un giro reciente de la actual administración municipal. “Este trabajo viene al menos desde 2022”, afirmó, apuntando a una estrategia sostenida con participación de distintos niveles del Estado.
Las declaraciones de Vallejo llegan luego de que Desbordes asegurara que los avances en la recuperación del espacio público se deben exclusivamente a su gestión, diferenciándose de la administración de Irací Hassler, a la que criticó por supuesta ineficacia. “Hoy las calles están cambiadas radicalmente”, sostuvo el jefe comunal, atribuyendo los resultados a una “presencia permanente” de seguridad municipal y Carabineros.
INTERVENCIÓN EN MEIGGS
Pero para el Gobierno, ese enfoque ignora el componente estructural de las intervenciones. La ministra detalló que el plan ha involucrado desde hace años a Carabineros, PDI, SII, Aduanas, las delegaciones presidenciales y los municipios de Santiago y Estación Central, articulados bajo una lógica de continuidad. “No se trata de quién lo hizo mejor o peor”, dijo. “Lo relevante es que sigamos trabajando de forma conjunta”.
En un tono diplomático, Vallejo evitó profundizar en la confrontación directa con Desbordes, pero dejó en claro que el Ejecutivo no permitirá que se invisibilice su rol. “Nadie debería sentirse pasado a llevar ni desplazado”, sostuvo, reafirmando la voluntad de colaboración con todas las autoridades locales.
La disputa, más allá de las diferencias puntuales, revela la tensión subyacente entre La Moneda y el nuevo liderazgo municipal de Santiago. En un escenario político donde la seguridad se ha vuelto eje central de la agenda pública, Vallejo busca reafirmar la legitimidad de las acciones del Gobierno sin caer en la trampa de la confrontación, pero dejando clara la línea narrativa: el Estado ha estado presente desde antes y lo seguirá estando.