Política

Víctor Maldonado R.: Yo no firmé, lo juro por Recabarren

Santiago, Chile.

Víctor Maldonado R. Sociólogo

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile.

El PC necesita con urgencia despejar la incógnita sobre su presidencia porque es un partido jerarquizado y, sin una dirección estabilizada, difícilmente dispone de una instancia final para dirimir controversias.

Es bien significativo que sus dos senadores hayan tenido que salir diciendo que no habían firmado la declaración transversal de la Cámara Alta, tan celebrado en su momento como gesto de unidad nacional.

Hay que decir que los senadores Daniel Núñez y Claudia Pascual se han apegado estrictamente a la verdad en sus declaraciones. No firmaron ningún texto porque nadie lo hizo. Se trata de un acuerdo, pero que se sostiene en una expresión de voluntad explícita de cada bancada. De otro modo no se hubiera presentado como se hizo y por eso nadie alegó en su debida oportunidad.

Sin novedades en el frente. Todos los partidos han tenido dificultades con su adhesión a alguno de los diversos textos que han circulado, no tanto por lo que dicen, sino por aspectos particulares que no fueron incluidos.

Como eso ocurre siempre con los documentos compartidos, estos no suelen despertar entusiasmo en ninguno de los que adhieren o firman. Por unos días los adherentes explícitos de tales documentos suelen ser perseguidos en sus respectivos partidos por personas que lo que menos quieren es felicitarlos.

El tema de fondo no es la firma, sino que los senadores llegaron más lejos de lo que el partido estaba dispuesto a avalar. En estos días eso no ha sido inusual, pero sorprende que en el PC el tratamiento de la discrepancia no haya sido procesada con reserva, salga por los medios y obligue a una reinterpretación de sus parlamentarios, con declaraciones en contra explicitas de los diputados.

El PC es un partido con ritos muy acendrados y si hay algo que en “111 años junto al pueblo” no se ha escuchado nunca es la frase “estamos divididos” y, mucho menos, “estamos divididos por la disputa interna de poder”. Esas son cosas que les pasan a grupos sin conciencia histórica, no a la vanguardia.

Los errores no se cometen y, estrictamente hablando, ni siquiera pasaron. Por eso si el diario El Siglo dice que el apoyo a la declaración en el Senado es una “noticia falsa”, así no más es. Igual, todos entienden y sobrentienden.

Nadie los comprende mejor que los católicos. Cuando se elige Papa, no existen candidatos, lo escoge el Espíritu Santo, no hay campañas, los “no candidatos” se dedican solo a orar y cada cual es más humilde que el otro. Solo gente muy atea sigue los entretelones de los debates, votaciones y alineamientos.

Aquí ocurre igual: los cardenales, perdón, los candidatos posibles no tienen ambición, no está en sus planes ser electos y declaran que “el partido es sabio” y sabrá escoger cuando corresponda. A los no creyentes nos queda esperar que al partido se le ocurra escoger pronto o El Siglo tendrá que sacar ediciones especiales explicando una gran cantidad de cosas que seguirán no ocurriendo.

Que el PC está bajo tensión no es novedoso porque es así como están todos los demás. Nos adentramos en tierra ignota, sin carta de navegación y se hace sentir la necesidad de liderazgos perdurables que entreguen certezas. Los senadores no se equivocaron: fueron zamarreados por la elección interna.

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