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¿Por qué ducharse todos los días no es tan saludable?

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¿Por qué ducharse todos los días no es tan saludable?
Ducharse implica eliminar células muertas, exceso de sebo y sudor

¿Por qué ducharse todos los días no es tan saludable?

Un estudio realizado por Harvard, concluyó que no es necesario ducharse todos los días.

Esto, a pesar de que sea una costumbre muy arraigada en distintos lugares del mundo, incluyendo nuestro país.

Según los científicos de Harvard, bañarse todos los días no es tan saludable y hasta podría ser perjudicial. 

Debido a que implica eliminar células muertas, exceso de sebo, sudor, pero también algo muy importante.

En concreto, la piel mantiene una capa de aceite y bacterias «buenas», por lo que ducharse a diario con agua caliente podría perjudicar la dermis.

Además, si se considera un baño todos los días, cuando el agua es muy dura y tiene muchas sales y cloro, la piel se maltrata y se elimina la capa protectora.

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¿POR QUÉ NO HAY QUE DUCHARSE TODOS LOS DÍAS?

«Las duchas diarias no mejoran su salud, pueden causar problemas en la piel.

Lo que es más importante, desperdician mucha agua», sostiene Robert H. Shmerling, miembro de la Facultad de Medicina de Harvard.

En conversación con T13, la dermatóloga de la Clínica Indisa, Claudia Moreno, explicó que: 

«Algunos signos que podemos encontrar o presentar frente al exceso de baño pueden ser picazón, sequedad, irritación y un poco de piel tirante».

En consideración con todo lo anterior, se concluye que bañarse día por medio es suficiente.

Sin embargo, si se quiere mantener la costumbre de ducharse todos los días, los expertos entregan una serie de recomendaciones:

– Bañarse con agua tibia.

– Duchas cortas de no más de 4 minutos.

– Énfasis en el aseo en zonas con pliegues.

– Aplicar crema hidratante en todo el cuerpo.

– Usar jabones suaves y sustitutos.

«Jabones que sean excesivamente muy abrasivos y que eliminen demasiadas bacterias también alteran la microbiota de nuestra piel.

De esa manera, nos va a favorecer que haya más daño, algunas alergias, alguna sobreinfección bacteriana micótica o de hongo.

Porque ya no hay una barrera cutánea protectora», explica la dermatóloga Moreno.

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