Que Namur sea Ida Amelia Vera Almarza; que el Puente Loreto sea Puente Ronald Wood; que un tramo de Calle Huérfanos sea Patricio Bunster Briceño; y más.
Hace unos días, el “Comité Interdisciplinario por la Conmemoración de los 50 Años del Golpe de Estado” de la municipalidad de Santiago presentó una solicitud para cambiar el nombre de 12 calles, puentes y plazas de la comuna.
El anuncio no estuvo ausente de polémicas, ya que vecinos se manifestaron en contra de los cambios: «Namur 100 años de Historia ¡No al cambio de nombre, nadie nos consultó!», se leyó en una pancarta puesta entre edificios de la calle.
De igual manera, Chile Vamos reclamó en el mismo tono que los vecinos: «Cuando uno llega a un puesto de poder, llega ahí para solucionar los problemas de las personas, no llega a borrar y reescribir la historia», señaló el diputado UDI, Jorge Alessandri.
«Se quieren borrar esos nombres para, legítimamente, poner víctima de la dictadura. La alcaldesa quiere hacer eso sin cosultar a los vecinos», añadió también aludiendo a una falta de consulta a quienes efectivamente viven allí.
La respuesta de la Municipalidad
A través de un comunicado, la administración comunal negó la falta de un proceso de participación, indicando que hubo dos «procedimientos participativos y representativos, de acuerdo a la Ley N°18695 Orgánica Constitucional de Municipalidades».
Además «y en virtud de su artículo 5°, dicha normativa establece la atribución esencial a las corporaciones edilicias, a administrar los bienes municipales y nacionales de uso público», continuó.
Concluyó finalmente que «la Contraloría General de la República, mediante dictamen N°6534 de 2001, ha establecido que el informe del COSOC, y la aprobación del Concejo Municipal, son trámites esenciales para validar cualquier cambio de nombre», .
Es por todo lo anterior que desde la Municipalidad de Santiago informaron que el cambio de nombre de las calles, puentes y plazoleta está de acuerdo con la «legalidad vigente».
