FOMO profesional. Miedo a elegir mal en tiempos de ofertas infinitas
Muchos jóvenes esperan terminar cuarto medio con la ilusión de decidir a qué dedicarse en el futuro, pero a medida que pasa el tiempo una gran parte de ellos pueden sentirse dominados por la angustia y el temor de elegir mal, o de no tener aún la información necesaria para tomar una decisión tan trascendental para sus vidas
Esa ansiedad de quedarse con la opción correcta en un mar de posibilidades es lo que en la actualidad se le denomina FOMO, Fear of Missing Out, es decir, miedo a perderse algo. Pese a que el término nació para describir la ansiedad social relacionada al mundo digital, hoy se está aplicando con más fuerza a las decisiones vocacionales y profesionales.
Históricamente la vocación y elección profesional eran determinaciones marcadas por estructuras muy definidas. Terminar la enseñanza media, ir a la universidad, titularse y buscar trabajo. Hoy existe un abanico mucho más amplio de caminos que van desde optar por cursos técnicos, certificaciones digitales o emprendimientos autónomos, hasta carreras universitarias más tradicionales.
La dependencia a redes sociales
El FOMO aplicado a elección de carrera y empleo suma varios componentes como la comparación constante con los pares, la búsqueda de validación, la necesidad de aprobación por medios digitales e incluso, llegando a ser esta última, en ocasiones, mucho más importante que los consejos de seres queridos y familiares.
En este punto la psicóloga María Angélica Cabezas confirma que el FOMO está fuertemente relacionado a la creciente y constante dependencia a redes sociales. “Los jóvenes que presentan altos niveles de esa ansiedad por perderse algo, también tienen más tendencias a revisar constantemente actualizaciones, sintiéndose más inseguros o dependientes de señales externas”.
“Para ser más específicos. Existe una sumisión de estar viendo constantemente qué es lo que está pasando en línea y lo que también pasa ‘conmigo en línea’. Todo esto más la presencia de un abanico de opciones que también van cambiando y la necesidad de inmediatez en todo aspecto convergen en una especie de crisis donde la inseguridad se transforma en una emoción dominante y limitante”, plantea Cabezas.
Redes sociales como una vitrina de posibilidades
Plataformas como Instagram, Tiktok o Youtube no solo muestran lo que otros hacen durante el día, también representan carreras, estilos de vida, emprendimientos, ingresos potenciales y estilos de trabajo que antes no estaban a la vista de todos. La exposición continua a logros, experiencias y éxitos ajenos intensifica la ansiedad por no estar aprovechando al máximo las oportunidades disponibles.
Es un hecho que la muestra de demasiadas opciones puede provocar parálisis. Los jóvenes no se sienten capaces de elegir nada puesto que cada alternativa parece implicar un costo emocional demasiado alto. En términos psicológicos, esto se traduce en ansiedad, estrés y, en muchos casos, baja autoestima o impresión de incompetencia.
La ansiedad vocacional crece cuando los individuos se enfrentan a la necesidad de procesar información abundante, con expectativas altas de sus familias, sus pares y la sociedad, pero con herramientas emocionales y cognitivas todavía en desarrollo. Esta dificultad se asocia no sólo a la toma de decisiones, sino a la capacidad de compromiso a largo plazo y confianza en la propia elección.
El corazón del problema, según psicólogos y expertos en desarrollo vocacional, no está únicamente en qué opciones hay, sino en cómo se perciben esas opciones en un ecosistema saturado de estímulos.
Ecosistema saturado de estímulos
María Angélica Cabezas psicóloga de la Universidad Santo Tomás menciona y explica alguna de ellas.
“En un bucle de alternativas aparecen varias que cuentan con expectativas infladas. Es decir, las redes sociales amplifican logros de terceros y reducen las frustraciones que no se ven, creando una imagen distorsionada del éxito. Se ve además una comparación constante y, en este caso, predomina un tipo de pensamiento especialmente sintonizado con la valoración social y la pertenencia de grupo, lo que magnifica la presión de tomar ‘la mejor elección’”.
“Paradójicamente, tener acceso a más información no siempre facilita mejores decisiones, a menudo causa sobrecarga cognitiva”, enfatiza la profesional.
Herramientas necesarias
Abordar el FOMO profesional no es simplemente “tomar una decisión y punto”, sino trabajar en varios planos simultáneos.
Al respecto, la psicóloga educacional Cristina Plaza plantea una lista de aspectos importantes de atender para enfrentar este creciente fenómeno que les será de gran ayuda, no solo a quienes hoy deambulan en esa incertidumbre, si no también a otros jóvenes que ya se acercan al ciclo final de educación escolar.
Como primer punto, “la educación emocional y vocacional temprana permite cultivar habilidades de autoconocimiento y reflexión antes de enfrentar decisiones cruciales. Conversar sobre los gustos e inquietudes de nuestros hijos y jóvenes debiese ser algo a lo que prestar especial atención, sobre todo a la hora de escuchar”.
Riesgos de la inseguridad
“La reducción de comparaciones sociales es vital, ya sea cuando esta se de en el entorno o cuando se sepa que está ocurriendo. Lo que a simple vista puede ser un comentario podría transformarse en un foco de inseguridad sumamente perjudicial no solo para los jóvenes, sino también para los niños y adultos”, advierte la especialista.
Finalmente agrega, “elaborar estrategias de afrontamiento como fijar límites de tiempo para la exploración de opciones o enfocarse en metas personales más que en ideales sociales serán una poderosa herramienta para tomar decisiones. La clave es mostrarles a los jóvenes que lo importante no es perseguir un gran número de alternativas, sino más bien elegir con menos miedo y más criterio propio”, sentenció la profesional a Está Pasando.
