Política

Responder tarde es responder mal Por Víctor Maldonado R.

Víctor Maldonado R. Sociólogo

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile.

Lautaro Carmona, presidente del PC. Imagen referencial Agencia Uno.
A lo mejor lo que explica esta situación sea lo que dice el economista Manuel Riesco del PC: “¿A los yanquis les gusta Maduro? No. Entonces Maduro está más bien para mi lado”.

Responder tarde es responder mal Por Víctor Maldonado R.

Desde el inicio, del gobierno de Maduro se sabe que la posición del PC ha sido de permanente apoyo.

Ese es un dato.

Lo que se puede asignar como responsabilidad de su conducción partidaria es que esta situación haya llegado a ser central en la posición pública del partido.

Eso no era inevitable.

El PC pudo mantener su opinión sobre Venezuela con muy bajo perfil y haberse cuadrado con la conducción de Boric dejando que la tormenta amainara.

No lo ha hecho y de tal cosa solo se pueden esperar malas noticias.

Es extraño que un partido que debiera temer el aislamiento de sus actuales socios haga todo lo posible para que su cercanía se haga cada vez más difícil.

Tal vez lo más decisivo es que los miembros del PC que son parte del gobierno tienen que estar seriamente tensionados entre dos lealtades que no debieron estar nunca en la colisión directa y a la que los llevó su conducción interna.

A lo mejor lo que explica esta situación sea lo que dice el economista Manuel Riesco del PC: “¿A los yanquis les gusta Maduro? No.

Entonces Maduro está más bien para mi lado”.

Es decir, en la gran división del mundo, están los imperialistas en un sector y los antiimperialistas en el otro.

De allí la firmeza con que se sostiene este apoyo que tanto le está costando a este partido.

Pero si ese es el motivo, el PC está siendo condenado por sus líderes a la división porque el esquema simple de dos bandos enfrentados a muerte, que se perdonan a su interior todas las faltas, es el escenario típico de la guerra fría que se terminó en todas partes, excepto en algunas cabezas preformateadas.

Actualmente, lo que mejor presenta lo que pasa es un tablero de cuatro posiciones básicas: izquierda y derecha, como es tradicional y, dentro de ellas, demócratas y autoritarios.

Así que hay dos decisiones que tomar, no una.

Lo que importa es la coherencia con los propios planteamientos. Las cercanías o lejanías en situaciones puntuales no es lo determinante.

Siempre se coincidirá en opiniones de coyuntura con personas agradables y desagradables.

Eso no quita que se defienda una posición por convicciones propias, no haciendo un cálculo previo de con quién quiero coincidir a todo evento.

Aquí no aplica el más vale tarde que…

Si el PC hubiera llegado a la conclusión de que tenía que estar con Maduro “porque es uno de los nuestros”, queda en una situación imposible. Ese razonamiento lo aleja de las alianzas que ha ido construyendo en su entorno inmediato.

Como se demoró mucho es responder, se produjeron todos los efectos nocivos imaginables.

Las respuestas sencillas se entregan al principio, no cuando no queda otra y se han acumulado cuanto costo es posible reunir.

El PC se disparó innecesariamente a los pies o algo más

El PC no puede guiar sus pasos en el siglo XXI con una cabeza del siglo XX porque es un modo de intentar que sobreviva del pasado aquello que ha dejado de existir, eliminando futuros posibles en el que pudo ser protagonista.

Los que están comprometidos en sacar adelante los desafíos del presente no pueden encontrar sentido a encajonarse de un modo tan funesto. El PC ha podido sobrevivir a los ataques de sus enemigos externos, pero no puede defenderse de los errores estratégicos de su propia conducción.

Un partido no puede ser fuerte si su conducción no lo es. Aún es tiempo de poner el freno.

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