Mañana jueves 31 de agosto se acaba la alerta sanitaria. Lo que para muchos significa el esperado adiós al cubrebocas en centros hospitalarios, para los trabajadores del área de la salud es algo más profundo.
La alerta sanitaria fue emitida en marzo de 2020 producto del arribo del Covid-19. A la fecha se ha prorrogado por diversas razones siendo marzo de este año 2023 la última extensión de la medida.
Con la alerta sanitaria, llegó el uso obligatorio de las mascarillas que a medida que pasó el tiempo se fue flexibilizando al punto de sólo ser requerido en establecimientos educaciones y recintos de salud como clínicas, consultorios y hospitales.
Teletrabajo
También, con la alerta se instaló de manera masiva el teletrabajo y trabajo a distancia para aquellas personas cuya naturaleza de sus funciones lo permitiera. Lo anterior sin mermar sus remuneraciones.
La anterior medida cobró un especial sentido para aquellos trabajadores que tuvieran en su cuidado a un menor de 18 años, a un adulto mayor, o a una persona en situación de discapacidad.
Actualmente el Código del Trabajo contempla el teletrabajo “ante una declaración de alerta sanitaria el empleador deberá ofrecer al trabajador que tenga el cuidado personal de al menos un niño o niña en etapa preescolar, la modalidad de trabajo a distancia o teletrabajo, en la medida que la naturaleza de sus funciones lo permitiere, sin reducción de remuneraciones”.
Mañana 31 de agosto eso se acaba, si las empresas y compañías así lo quieren.
Desempleo en Salud
La alerta sanitaria trajo consigo además una inyección de recursos importantes en el área de salud. Permitió una contratación masiva y una compra de insumo por por trato directo en mascarillas, guantes, vacunas y ventiladores mecánicos.
Esos recursos extraordinarios ya no estarán disponibles. Con ello, desafortunadamente se vienen masivas desvinculaciones a trabajadores a honorarios a lo largo del país.
Desde la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermeras y Enfermeros de Chile (Fenasenf), estiman que son más de 15.000 los profesionales y técnicos que actualmente trabajan bajo la modalidad de honorarios y fueron contratados por la emergencia sanitaria.
Sólo a 6.000 de esos trabajadores se le extenderá el trabajo hasta diciembre.
Desde Fenasenf, exigen que todos esos puestos se mantengan y que se regularice la situación contractual de los funcionarios. El presidente del gremio, José Luis Espinoza cree que sería un beneficio para la comunidad.
Al respecto, Espinoza señala:
“Para armar un pabellón de alta complejidad se necesitan 8 contratos, con ello se operan a 3 personas en promedio en un día, es decir, 15 en una semana. Si hablamos de camas intermedias se necesitan a 16 profesionales para atender a 6 pacientes en esas camas. Si armamos 600 camas intermedias, necesitamos 1600 profesionales a nivel nacional. Es por eso que afirmamos que con el fin de la alerta sanitaria se avecina un verdadero caos en salud”.
