Todo apuntaba a que, aparte de la espectacularidad de la revelación de Hugo Bustamante en Ciper de que en 1996 mató a otras dos personas -nueve años antes de asesinar a Verónica Vásquez y su hijo Eugenio Honorato y a 24 del homicidio de Ámbar Cornejo-, aquello no significaría ningún nuevo castigo para él.
Esto, debido a que el doble homicidio de sus primeras víctimas –Elena Hinojosa y Eduardo Páez– están judicialmente prescritos (el plazo vencía en 2011).
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Sin embargo, para el fiscal jefe de Villa Alemana, Osvaldo Basso, ese proceso se habría interrumpió en enero de 2005, cuando cometió sus siguientes dos crímenes, esos que le dieron el apodo del Asesino del Tambor, por introducir los cadáveres en una de estos aparatos y luego enterrarlos en el jardín.
EL HILO CONDUCTOR
Ese año se abrió un nuevo periodo de 15 años de prescripción, que culminó en enero de 2020; legalmente, cuando mató a Ámbar Cornejo, en julio de ese año, ya habían prescrito los homicidios de Vásquez y su hijo.
Pero hay otro dato, otra víctima, que no no murió, pero sí fue brutalmente violentada por el hombre que hoy cumple una condena de al menos 40 años en una cárcel de Rancagua. Una menor de edad.
Se trata de una persona que estaba bajo el cuidado de Denisse Llanos, la madre de Ámbar y cómplice de Bustamante en ese crimen. Según Fiscalía, entre el segundo semestre de 2019 y julio de 2020, ambos abusaron sexualmente de la joven.
«El Ministerio Público no solamente fue en contra de Hugo Bustamante por la violación con femicidio a Ámbar. El Ministerio Público también lo acusó por otros delitos respecto de otra víctima», puntualizó a T13 el fiscal jefe de Villa Alemana.
De hecho, por estos crímenes el hombre cumple una condena adicional de 27 años de cárcel por abusos sexuales reiterados, corrupción de menores y estupro contra la persona menor de edad.
«MERECEN JUSTICIA»
Entonces, como estos abusos sexuales ocurrieron antes de la prescripción (a partir del segundo semestre de 2019), la fiscalía «busca comprobar que (estos abusos) interrumpiría la prescripción por la responsabilidad penal en las muertes de Hinojosa y Páez, pudiendo procesarlo por dichos crímenes», publicó El Mercurio.
«Esa es mi teoría del caso. Me la podrán refutar o no, pero estoy convencido de ella y sobre esa base sigo adelante. Me interesa que se haga justicia, porque las víctimas la merecen y porque le da la posibilidad a la justicia antigua de redimirse», aseveró Basso.
Si la data de muerte de Elena Hinojosa y Eduardo Páez es de 1996, el juicio lo debería ver el Juzgado de Letras de Villa Alemana (como lo dictaminaba la justicia antigua), considerando que los homicidios ocurrieron antes de 2000, año en que entró en vigencia la actual reforma penal.
