Dana Gunders, experta en sistemas alimentarios y directora ejecutiva de ReFED, explica las consecuencias de tener el refrigerador lleno de comida.
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Gunders se presentó ayer en Congreso Futuro 2025 y comenzó con una potente reflexión, «si toda la comida que se desperdicia estuviera en una granja, sería del tamaño de todo EE.UU.», señaló.
Problemáticas
La profesional mantuvo conversación con El Mercurio y, al ser consultada respecto al impacto que tiene el desperdicio de alimentos, abordó principalmente dos aristas.
En primer lugar, se refirió al impacto ambiental. «La comida es vital para nosotros. Invertimos mucho de nuestra tierra, agua y recursos en cultivar alimentos y llevarlos a nuestras mesas y toda esa inversión se desperdicia cuando no usamos los alimentos. Entonces, hay todo un lado ambiental. Y eso tiene una enorme huella de gases de efecto invernadero», sostuvo.
Por otro lado, abordó el lado social, revelando que aún hay «más de 700 millones de personas que no tienen suficiente para comer».
«Entonces tirar comida y aún tener un problema de hambruna es una verdadera tragedia. Además, desde un punto de vista económico, no es un buen negocio. Estamos hablando aproximadamente mil millones de dólares en comida que se bota al año», profundizó Gunders.
Compromiso con el MA
Respecto al compromiso mundial por reducir los desperdicios, señaló que mundialmente «ni siquiera estamos cerca. Es un objetivo muy ambicioso».
En lo particular, «hay algunas leyes en Chile que se han introducido en el Congreso». Y recata que «si logramos evitar que los alimentos terminen en los vertederos, eso sería algo que muchos países de Europa ya han hecho».
Consejos
En el caso de los hogares, la directora da algunos consejos para organizar la comida. Ya que «en muchos lugares, los hogares son la principal fuente de desperdicio de alimentos», confesó.
En primer lugar, indica que hay que comprar lo necesario y usarlo antes de volver a comprar. En segundo lugar, hay que cocinar con «las sobras y asegurarse de usarlas».
Asimismo, explica que «dejar las sobras en el refrigerador y no comerlas ni congelarlas es un error».
«Todos tenemos un papel que desempeñar en la reducción del desperdicio de alimentos. No importa si eres una persona, una familia o una empresa, hay algo que puedes hacer (…). Si empezamos a valorar más nuestra comida, veremos un cambio significativo», finalizó Gunders.