La misión satelital Swarm, de la Agencia Espacial Europea (ESA), descubrió un punto débil creciente en el campo magnético de la Tierra, el cual es el encargado de protegernos de la radiación cósmica y las partículas cargadas del Sol.
En detalle, un nuevo estudio que analizó datos de los últimos 11 años recogidos por el enjambre de satélites, encontró una zona donde el campo magnético se está debilitando más rápido en la Anomalía del Atlántico Sur.
Cabe recordar que, esta anomalía se identificó por primera vez cerca de Sudamérica, por allá en el siglo XIX, y los científicos han notado que se ha ido expandiendo. Sin embargo, ahora encontraron otro punto de debilitamiento más intenso dentro de esta anomalía, demostrando que el fenómeno no ocurre uniformemente.
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PUNTO DÉBIL EN EL CAMPO MAGNÉTICO
«Mientras que la Anomalía del Atlántico Sur se expandió de manera constante entre 2014 y 2025, una región del Océano Atlántico al suroeste de África ha experimentado un debilitamiento aún más rápido del campo magnético de la Tierra desde 2020», señala la ESA en un comunicado.
Chris Finlay, profesor de geomagnetismo en la Universidad Técnica de Dinamarca y autor principal del estudio, concluyó que entonces la Anomalía del Atlántico Sur no es un solo bloque.
«Está cambiando de forma diferente hacia África que cerca de Sudamérica. Algo especial está sucediendo en esta región que está provocando un debilitamiento más intenso del campo magnético», explicó.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL CAMPO MAGNÉTICO?
Los científicos creen que este debilitamiento no uniforme está ligado a los «parches de flujo inverso», que son patrones raros del campo magnético que ocurren en el límite entre el núcleo externo líquido de la Tierra y su manto rocoso.
«Normalmente, esperaríamos ver líneas de campo magnético saliendo del núcleo en el hemisferio sur. Pero bajo la Anomalía del Atlántico Sur observamos zonas inesperadas donde el campo magnético, en lugar de salir del núcleo, regresa a él», planteó Finlay.
«Gracias a los datos de Swarm, podemos observar una de estas zonas moviéndose hacia el oeste sobre África, lo que contribuye al debilitamiento de la Anomalía del Atlántico Sur en esta región», añadió.
Aunque estos fenómenos se deben a procesos geológicos naturales y hasta ahora no representan un peligro para la vida en la superficie, la Anomalía del Atlántico Sur preocupa a los científicos por su impacto en la seguridad espacial.
«Los satélites que sobrevuelan la región se enfrentan a mayores dosis de radiación. Esto puede provocar fallos de funcionamiento, daños en hardware crítico o incluso apagones temporales», advirtió la ESA.