A partir del próximo año, Dinamarca dirá adiós a los “buzones rojos”. PostNord, el servicio postal nacional, anunció que entregará su última carta el 30 de diciembre, cerrando así un capítulo histórico del país nórdico.
Esta medida pone fin a una tradición estatal que comenzó en 1624, impulsada por una fuerte caída en el envío de cartas durante los últimos 25 años.
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Cuando Peter Kurrild-Klitgaard y su familia se mudaron hace 17 años a Frederiksberg, un barrio frondoso de Copenhague, contaban con cinco o seis buzones a corta distancia. Hoy, no queda ninguno, ya que PostNord los ha ido retirando de manera progresiva.
COMPAÑÍA
A inicios de este año, la compañía anunció que dejaría de entregar cartas, indicando que eliminaría 1.500 puestos de trabajo en Dinamarca y 1.500 buzones rojos debido a la “creciente digitalización” de la sociedad danesa.
PostNord, creada en 2009 tras fusionar los servicios postales sueco y danés, destacó que la demanda de cartas había “caído drásticamente” y que el aumento de las compras en línea motivaba enfocarse en la distribución de paquetes.
DINAMARCA
Al referirse a Dinamarca como “uno de los países más digitalizados del mundo”, la empresa subrayó que el mercado de cartas ya no es rentable. Kim Pedersen, subdirector ejecutivo de PostNord Danmark, explicó: “Hemos sido el servicio postal danés durante 400 años, por lo que es una decisión difícil dar por terminada esa parte de nuestra historia. Los daneses se han vuelto cada vez más digitales, lo que significa que quedan muy pocas cartas hoy en día, y el declive continúa tan significativamente que el mercado de cartas ya no es rentable”.
The Chosun Daily señala que Dinamarca es pionera en Europa: es el primer país con sistemas postales nacionales oficiales en el que un servicio estatal dejará de distribuir cartas.
El cambio responde a la caída de la demanda: en los últimos 25 años, el volumen de cartas se redujo en un 90%. Solo en 2024, la disminución alcanzó el 30% tras una ley que eliminó la obligación de servicio universal y abrió el mercado a la competencia. También se eliminó la exención del IVA, elevando el franqueo de una carta nacional estándar a 29 coronas danesas (4,50 dólares) y a 39 coronas para entrega al día siguiente, lo que aceleró la desaparición de las cartas. “En 2023, seguíamos recibiendo 50 tarjetas navideñas por correo”, comentó Kurrild-Klitgaard a The Economist. El año pasado, solo recibieron una.
BUZONES ROJOS
Recientemente, 1.000 de los buzones rojos retirados se vendieron en tres horas a precios de 315 dólares para los que estaban en buen estado y 236 dólares para los más desgastados. Otros 200 se subastarán en enero. Aunque PostNord seguirá entregando cartas en Suecia, ha anunciado un reembolso limitado para los sellos daneses no usados.
Los ciudadanos podrán enviar cartas a través de la empresa Dao, que ya reparte correspondencia en Dinamarca y aumentará su capacidad a partir del 1 de enero, pasando de 30 millones de cartas en 2025 a 80 millones el próximo año. No obstante, los clientes deberán acudir a una tienda Dao o pagar un suplemento por recogida en domicilio y realizar el franqueo en línea o mediante una aplicación, según The Guardian.
Dao indicó que los jóvenes de 18 a 34 años envían entre dos y tres veces más cartas que otros grupos, según el investigador Mads Arlien-Søborg, quien asegura que esto se debe a que buscan un contrapeso a la sobresaturación digital. Escribir cartas se ha convertido en una “elección consciente”.
CARTAS
Según la legislación danesa, siempre debe existir la opción de enviar cartas. Si Dao dejara de ofrecer este servicio, el gobierno tendría que designar a otra empresa para cumplirlo.
A diferencia de otros países europeos, donde instituciones y empresas siguen usando el correo postal para trámites administrativos, Dinamarca ya ha generalizado el uso del correo electrónico para documentos oficiales. La digitalización del sector público ha sido reconocida por las Naciones Unidas como la mejor del mundo por cuarto año consecutivo.
El sistema MitID, que sirve para operaciones bancarias, firmas electrónicas y reservas médicas, envía automáticamente toda la correspondencia oficial por correo digital. Aunque existe la opción de no recibir correo físico, solo un 5% de los daneses ha optado por esta alternativa.
Magnus Restofte, director del museo Enigma postal, señala que la población ha sido pragmática ante la transición digital, pues pocos recibían cartas físicas. Para muchos jóvenes, enviar cartas nunca fue una práctica común. Sin embargo, la escasez ha elevado su valor. “Lo curioso es que, al recibir una carta física, su valor es altísimo”, dice Restofte.
Postvæsenet, hoy PostNord Danmark, nació en 1624 y llegó a transportar casi 1.500 millones de cartas. Ahora, con el avance de la digitalización, el volumen ha bajado drásticamente: en 2024 solo se enviaron 110 millones de cartas.
TENDENCIA
El descenso de cartas no es exclusivo de Dinamarca. En todo el mundo, el correo electrónico, mensajes de texto y redes sociales han reemplazado gran parte de la correspondencia escrita. La pandemia aceleró esta tendencia, mientras el comercio electrónico aumentó el envío de paquetes, que en 2022 alcanzó los 161.000 millones a nivel mundial y se espera llegue a 256.000 millones en 2027.
Algunos servicios postales han sufrido fuertes recortes, como Canadá y el Royal Mail en Reino Unido, mientras otros se reinventaron, especialmente los privatizados, como en Malta, Portugal e Italia. Deutsche Post DHL también ha tenido éxito al diversificar servicios logísticos y financieros. En cambio, muchas oficinas estatales enfrentan pérdidas y cierre de sucursales, como en Grecia o Canadá, mientras que USPS reporta pérdidas acumuladas superiores a 100.000 millones de dólares desde 2007.
A pesar de la disminución, las cartas siguen generando ingresos. En países como India y Brasil, aún crecen por el aumento de sus clases medias. Henrik Ballebye Okholm, de Copenhagen Economics, prevé que otros países seguirán el modelo danés en la próxima década. En Dinamarca, los buzones rojos con el corno de caza y la corona danesa que han adornado las calles desde el siglo XIX pasarán a formar parte de museos a partir del próximo año.







