El famosísimo Parque de Lota en rigor se llama Isidora Goyenechea de Cousiño. Es oficialmente Monumento Nacional sólo desde 2009, en la categoría Monumento Histórico.
En realidad, es un paseo imperdible en la Región del Biobío. Da cuenta de una de las épocas de mayor desarrollo en la Historia de Chile.
Esa en que fuimos los mayores exportadores de salitre, cobre, molibdeno y, por cierto, grandes productores de carbón piedra. Elemento vital para el funcionamiento de la economía industrial y productiva.
ESPECIES TRAÍDAS DESDE DIVERSAS PARTES DEL MUNDO
Cuenta con 83 especies vegetales originarias de Estados Unidos, Australia, Europa, Asia y África. Además, posee 27 esculturas de fierro fundido más otras construidas en cerámica, y una colección de más de 50 jarrones, escaños y pedestales que llegaron de distintos lugares, siendo la colección más importante de su tipo en Chile.
Desde el parque se puede contemplar la costa del Golfo de Arauco, lo que queda del muelle y las antiguas instalaciones mineras.
Es el único parque de estilo francés, de los tres existentes en el país, que se ubica en el borde costero.Desde el 6 de abril de 2009 el parque es considerado Monumento Nacional de Chile en la categoría de Monumento Histórico.
ALGO DE SU RICA HISTORIA
Los orígenes de la obra se remontan a Matías Cousiño Jorquera cuando comenzó a explotar las minas de carbón de Lota en 1852.
A su muerte, su único hijo Luis Cousiño Squella recomienza el proyecto, concibiéndolo como regalo a su esposa Isidora Goyenechea a través de la introducción de especies foráneas traídas desde Europa.
El parque, de 15 hectáreas de extensión, lo diseñó entre 1862 y 1872 el paisajista inglés John Bartlet, que incluyó árboles, jardines, piletas y estatuas, y utilizó un estilo vanguardista. Mezclando el formalismo de los jardines franceses con el estilo más actual y contemporáneo de los ingleses.
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Luego de la muerte de Luis Cousiño en 1873, el trabajo recae en manos de su esposa Isidora Goyenechea quien contrató al técnico irlandés Guillermo O’Reilly, el cual introduce plantas nativas y otras exóticas de distintos lugares del mundo.
A él se deben las primeras plantaciones de árboles en el parque, mediante la introducción de pinos, cedros, mañíos, boldos y almácigos. Así como la colocación de esculturas alegóricas que representan la música, poesía, escultura y arquitectura clásicas, pavos reales y múltiples miradores.
LO ADQUIERE LA COMPAÑIA CARBONÍFERA DE LOTA
Posteriormente el trabajo fue retomado por Carlos Cousiño hijo de Isidora y Luis. A su muerte, su tumba fue colocada en el interior del parque, donde puede visitarse hasta el día de hoy.
En ella destaca un conjunto escultórico diseñado por Ernesto Wünch (autor también de la estatua del Sagrado Corazón de Jesús en el frontis de la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Chiel y Peter Horn.
En 1929 el parque fue adquirido por la Compañía Carbonífera de Lota, abriéndose para poder ser visitado por todo público.
Actualmente, el parque y su museo cuenta con un servicio de guías especializados que invitan a recorrer el lugar y conocer su historia.
Los guías se visten a la usanza del siglo XIX y rememoran el entorno de Isidora y Luis Cousiño.
El parque contempla un observatorio meteorológico y un conservatorio de plantas tropicales, que incluye begonias y orquídeas.
Las laderas y faldeos están pobladas por vegetación nativa y foránea que llega hasta el mar. Se conecta con el Valle de Las Camelias, lagunas, fuentes, un kiosco chino y uno árabe, grutas, jarrones, alamedas con estatuas y senderos en forma de zigzag.
Hoy su administración la tiene la Fundación CEPAS, la que ha hecho un buen trabajo en el cuidado y potenciación de este Monumento Histórico.