Tendencias

El posible éxodo de «La Piojera» a Las Condes

Javiera Sanzana

La Piojera
Foto: Agencia Uno
Respecto a La Piojera, confirmó que han considerado trasladarse «por el tema de la seguridad» y recordó la paradoja de ser multados por sacar mesas afuera en la pandemia, mientras hoy el lugar está invadido por comercio ambulante.

La delincuencia y el comercio informal han superado los esfuerzos por controlarlos. Así lo han señalado gremios de locales nocturnos, restaurantes y locatarios del centro histórico de Santiago. Pese a los constantes llamados de alerta, fue el alcalde de Santiago, Mario Desbordes (RN), quien reavivó el debate al advertir que el reconocido local La Piojera -ubicado cerca de Estación Cal y Canto- está considerando cerrar y trasladarse a la zona oriente.

Esta problemática, que comenzó tras el 18-O, se ha intensificado debido al aumento de hechos delictivos.

Lea también: Joven es tragado por una ballena jorobada en Punta Arenas

Desde la municipalidad han insistido en que esto no debe permitirse, aunque también admiten la necesidad de más tiempo para resolver la situación. Según Desbordes, «En menos de dos meses se pretende que uno solucione el descalabro que la gestión comunista nos dejó acá en tres años», declaró a EmolTV.

COMERCIO ILEGAL

El entorno del sector ha sufrido los efectos del comercio ilegal. Recientemente, Metro de Santiago cerró uno de sus accesos debido a la inseguridad generada por carros de comida, venta ambulante, aglomeraciones y escombros.

Según datos del Sistema Táctico de Operación Policial (Stop) de Carabineros, este año se han registrado 3 violaciones, 447 robos con violencia, 274 robos con sorpresa y 270 hurtos.

La encuesta de victimización de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) para el primer semestre de 2024 muestra que el índice alcanza un 59,6%, una leve mejora respecto al 63,4% del segundo semestre de 2023, pero aún lejos del promedio prepandemia del 49,6%.

Además, datos de la Cámara de Comercio de Santiago revelan más de 900 cierres de locales en los últimos cinco años, una vacancia cercana al 20% y una caída de hasta un 50% en los valores de arriendo, atribuidos al «fuerte impacto del estallido social, pandemia, inseguridad y avance descontrolado del comercio informal».

EL ÉXODO

El problema no afecta únicamente a La Piojera; varios locales del centro y sector poniente de Santiago han cerrado o están evaluando su traslado. Máximo Picallo, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), comentó: “(La Piojera) es uno más de tantos que se han ido del centro, desde locales que cerraron, otros que se trasladaron, hasta importantes empresas que también han trasladado sus oficinas fuera del centro de Santiago”.

Entre los bares y restaurantes que han migrado están «el Bar Nacional, que estaba en calle Huérfanos, se cambió; o el Hoyo, que si bien no estaba en el centro histórico (estaba en calle San Vicente, cerca de Gobea), también dejó de funcionar», agregó Picallo.

Respecto a La Piojera, confirmó que han considerado trasladarse «por el tema de la seguridad» y recordó la paradoja de ser multados por sacar mesas afuera en la pandemia, mientras hoy el lugar está invadido por comercio ambulante.

TURISMO Y COMERCIO

Carlos Concha, presidente de la Asociación Gremial del Turismo y Comercio del Centro Histórico de Santiago (Tuchs), también expresó preocupación por la situación que afecta no solo a La Piojera, sino también al Mercado Central.

«Como asociación estamos trabajando con la municipalidad para que esto vaya mejorando, y el año pasado activamos una mesa con el delegado presidencial, Gonzalo Durán, para ver el tema de seguridad y que este año no se ha retomado», afirmó.

Concha, quien además administra la franquicia de café italiano Pascucci, compartió que tuvo que cerrar una sucursal en Paseo Ahumada debido a la gestión de Irací Hassler y la presencia masiva de comercio ambulante.

PUNTO DE INFLEXIÓN

Según Picallo, el estallido social y la pandemia marcaron un «punto de inflexión» para la seguridad y el éxodo de negocios. Sin embargo, añadió que después de estos eventos «hubo un descontrol total».

«Hasta hace poco teníamos carpas cerca de La Moneda, hubo gente que se tomó un acceso a una estación de Metro (Baquedano), hasta que lo demolieron. Ahora tenemos un fenómeno que ha traído delitos cada vez más complejos, con muchos grupos armados, sicariato y secuestros, sumado a los homicidios, que no eran habituales», afirmó.

Pablo Müller, académico de la U. Autónoma, atribuyó parte del problema a la gestión de Irací Hassler (PC), quien «Avaló la protesta durante y posterior al 18-O» y declaró que no eliminaría el comercio ambulante, lo cual «fue interpretado como un permiso» para esta actividad.

PROYECCIONES DESALENTADORAS

El panorama para el centro histórico de Santiago no parece mejorar en el corto plazo. Para Picallo, «Las tiendas no pueden luchar contra la delincuencia y el comercio informal» y enfatizó que la solución está en manos del Estado, refiriéndose a los tres poderes.

Por su parte, Müller señaló que «El casco histórico ha ido perdiendo atractivo con los años» debido a la falta de cuidado de sus sectores patrimoniales y los efectos combinados del estallido social, la pandemia y la delincuencia.

En conclusión, la salida de comercios no es un acto voluntario, sino una consecuencia directa de la inseguridad que aleja a los clientes, especialmente durante la noche.

Comparte en:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email