Un reciente estudio científico revela importantes hallazgos sobre la población Chinchorro: un 84% de la población se encontraba contaminado con manganeso, mientras que el 21% mostraba niveles extraordinariamente elevados de este elemento en sus huesos.
Los Chinchorros y sus practicas fúnebres
Durante el período comprendido entre el 5000 a.C. al 10.00 a.C., la civilización Chinchorro hizo un extenso uso del manganeso en el proceso de momificación de sus seres queridos.
La UNESCO reconoció que la cultura Chinchorro practicaba la momificación de sus fallecidos dos mil años antes que los egipcios.
El Doctor en Antropología Física Bernardo Arriaza, al frente de un equipo de investigadores del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá, ha identificado las potenciales fuentes de manganeso que los Chinchorro emplearon en la preparación de sus difuntos.
El estudio científico revela que la población Chinchorro refinaba y empleaba este mineral como un pigmento negro para decorar los cuerpos de los difuntos durante el ritual de momificación.
Este descubrimiento arroja luz sobre las prácticas funerarias únicas de los Chinchorro y su ingenioso uso de los recursos disponibles en ese momento.
La Universidad de Tarapacá tiene un papel esencial en la conservación de la cultura Chinchorro, que se remonta a más de 7.000 años.
La institución universitaria fue fundamental para que la UNESCO en 2021 nombrara Patrimonio de la Humanidad los Asentamientos y Momificación Artificial de la Cultura Chinchorro en la Región de Arica y Parinacota.
El manganeso y la salud de los chinchorros
El estudio revela que la exposición prolongada al manganeso tuvo consecuencias significativas en la salud de la población Chinchorro.
El uso continuo y la alta pureza del manganeso afectó la salud de los Chinchorro. Se presume que muchos de ellos sufrieron de manganismo y trastornos psicomotores, especialmente aquellos con mayores concentraciones de manganeso en sus tejidos.
La sobreexposición continua a este mineral se traduce en risas patológicas, rigidez facial, problemas de coordinación y rigidez muscular, entre otras condiciones.
Estos descubrimientos no sólo proporcionan una nueva perspectiva sobre las antiguas comunidades Chinchorro.
Cultura que ha sido reconocida por sus tradiciones en pesca, caza y recolección, sino que también revelan una faceta desconocida como su actividad minera.
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