Cuando se viaja dentro del propio país o a otro, siempre es necesario conocer la gastronomía local ya que esta, no solo es parte de la cultura general de ese país, sino que, lo más importante, muestra las mixturas que se han formado gracias a las influencias de los pueblos locales.
Además, siempre que regreso de un viaje viene la pregunta ¿Y qué tal la comida? Lo que responde a una necesidad del organismo y que la realizamos varias veces al día y al escribir sobre ella, le doy una guía a los lectores sobre que probar y mostrar los sitios que conocimos.
También es un aprendizaje personal, ya que en cada viaje se aprende sobre productos, formas de cocinar y guisos locales que no se encuentran en otro lugar y nuevas maneras de cocinar los que ya se conocen.
Entonces, además de conocer y fotografiar monumentos, disfrutar de aventuras también es muy importante conocer la gastronomía porque nada como ella, para conectarse con los pueblos y sus culturas siendo el café, uno de los productos estrellas de la gastronomía brasilera.
En el caso de Brasil, su gastronomía tiene influencias indígenas junto con africanas, españolas, alemana, italiana árabe, portuguesa y japonesa.
Logrando combinar, las costumbres más tradicionales de cada país con la modificación que en cada territorio se hizo creando una cocina rica, sabrosa que se unió primero al ritmo de los tambores y luego, al de la samba.
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CAFÉ EN BRASIL
En 1727 llegaron al norte de Brasil, los primeros granos de café verde desde la Guyana Francesa.
Porque, el cultivo de estos granos en territorios cercanos dentro del cinturón del café, comenzaba a ganar valor económico y reconocimiento.
En su recorrido por Brasil, el café pasó por Bahía, Rio de Janeiro, Maranhao, Sao Paulo, Paraná y Minas Gerais.
Pasando en un espacio de tiempo relativamente corto, de ser un producto secundario a producto principal de la economía del país convirtiéndolo en el mayor productor de café tanto comercial como de especialidad del mundo.
El clima de Brasil, clima tropical, cálido y húmedo es la base de un cafetal próspero.
Si además de este clima añadimos estabilidad, es decir, largas temporadas con climas que no varían demasiado, conseguimos una producción estable y fructífera.
Además, la baja altitud media sobre el nivel del mar en la que se cultiva es determinante.
Cuanto mayor es la altitud, mayores dificultades operativas aparecen.
Sin embargo, se producirán mejores granos arábicos y por este motivo hay producciones cafetaleras destinadas al café comercial a menor altura (entre los 800 y 1.200 msnm), principalmente cultivos de café robusta.
Aunque también podemos encontrar café arábico en grandes plantaciones en las que se producen importantes cantidades cada cosecha.
Con el paso del tiempo, el café se ha convertido en una de las bebidas más consumidas y en una de sus tradiciones gastronómicas tan variadas como su geografía, pero indispensable en el desayuno de los brasileños.
Ahora si está en Brasilia y quiere vivir una de las tradiciones cotidianas de los brasilienses el sábado o el domingo por la mañana, tiene que ir a un café y disfrutar de una merienda o desayuno sabroso muy típicos de Brasil.
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CAFÉ DA MANHÃ
En Brasil se le dice café da manhã al desayuno, aunque aquel sea un jugo, una tostada o un plato de frutas acompañado con un té.
Quienes viajan por turismo o trabajo a cualquier destino brasileño suelen tener incluido un buffet para desayunar en el hotel o donde se alojen frutas frescas, jugos, panes, pan de queso, lácteos, fiambres, huevos, tortas que, entre otros manjares, suelen formar parte del menú mañanero según la calidad del alojamiento.
Y en muchos de esos buffets incluyen una plancha para preparar tapiocas, unas crepes de harina de mandioca (por ende, sin gluten), usuales en desayunos y meriendas en diversas regiones del país, que se comen recién hechas con rellenos salados o dulces y hay que probarlos.
Ya sea que lo pida americano o carioca; coado (colado); com leite; doble; expresso o «café curto»; media; pingado de cualquier manera podrá probar una café de excelencia.
Ahora si quiere tener una experiencia que lo conecte con la vida cotidiana de Brasilia, tiene que ir a una cafetería y probar un café da manhã.
CAFÉ MARILDA
Entre ellas, está Marilda (Rua paralela a w3, Bloco C – SCLRN 716, rua das oficinas, Loja 57 – Asa Norte, Brasília – DF, 70770-533).
Una cafetería instalada en un típico barrio de la capital, en una plaza que está en medio de una zona residencial y otra comercial.
En un entorno muy tranquilo, que abre de martes a domingo y los feriados entre las 08 horas y las 20 horas.
A las seis de la mañana, se prenden los fogones para entregar una experiencia culinaria y cafetera de primer nivel especial para sentir la hospitalidad brasilera.
Marilda Ribeiro fundó este café y a lo largo de dos décadas, ha mantenido la calidad en sus productos especialmente del café que traen desde las montañas de Minas Gerais hasta la mesa del cliente.
Atravesando por una cuidadosa selección de los granos, tostándolos en casa, inundando del olor a grano tostado tanto la cafetería como los alrededores.
La nieta de Marilda, Ana, al continuar con el legado de su abuela sigue respetando esa calidad y amor a la historia del café.
Durante la pandemia, amplió la atención del café al jardín donde además de plantar plantas de café instaló hamacas donde uno puede estar relajado con su café en la mano, olvidándose por un rato de la vida agitada de la capital.
Además, el cliente tiene la opción de acompañar el café con pasteles y bocadillos hechos en la cocina de Marilda lo que asegura, calidad en los alimentos que sirven.
Junto con el café, la torta de maçä, una receta de la abuela Marilda y especialidad de la casa, hacen de este café da manhã una completa y exquisita experiencia.
Pero esta experiencia gastronómica es parte de lo que se puede probar en esta ciudad y ya les comentaré sobre lo que es ir a comer en Brasilia.