Gonzalo Valenzuela detalla el robo que sufrió en Vitacura.
Mientras Santiago era afectado por un temporal de viento y lluvia, Gonzalo Valenzuela era drogado y estafado a bordo de un falso Uber en Vitacura.
Esa noche, el actor había salido a comer con su pareja Kika Silva y unos amigos, y quisieron seguir tomándose otra cosita, cambiando de local.
A ese cambio, Silva no se sumó, por lo que Valenzuela quedó solo.
«Mira, fuimos a comer a un lugar y después nos pasamos a otro local de ahí mismo, en Vitacura.
Nos encontramos con mucha gente. Ahí me tomé un trago y comencé a tener conductas medias extrañas», relató al matinal Tu Día.
Por ello, decidió irse tras su pareja.
Cuando estaba en la calle, «pasa un auto y me dice ‘¿necesitas un Uber?’. Yo estaba sin teléfono porque la Kika (Silva) se había ido recién con mi teléfono sin querer».
«Me acuerdo muy poco. No estaba ni borracho, habíamos recién comido y de repente empecé con estas nebulosas», agregó.
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EL MOMENTO MÁS COMPLEJO
Entonces, el actor se subió al automóvil, sin saber que aquella decisión terminaría de la peor manera.
El chofer le dijo «‘¿Por qué estás llorando? Tómate un traguito de agua’. Como que me convenció de que necesitaba tomar agua…
No tenía voluntad. Acepté el agua y fue rarísimo. Yo ya venía en un estado muy raro».
Luego de ello, Gonzalo perdió completamente la noción del tiempo.
Terminó en un servicentro, con una tarjeta que no era la suya, 400 mil pesos menos y teniendo que irse a su hogar caminando, sin recordar siquiera cómo lo hizo.
«Yo creo que hay como una mafia que está medio confabulado», acusó el intérprete.
Junto con ello, indicó que «toda mi vida he tomado precauciones; nunca me había pasado algo así.
No confío en nadie que me pida mi tarjeta y tampoco estaba en un estado en el que me fuera cayendo al lado».
Por último, Gonzalo Valenzuela declaró que «lo angustiante es pensar en lo que podría llegar a pasar, lo que me podría haber pasado o lo que le puede pasar a cualquier persona, sobre todo a mujeres, jóvenes y niños.
Es un estado muy extraño, podría haber ido a cualquier parte, sin voluntad, sin mucha conciencia».