A más de cuatro años de la muerte de Carlos Saúl Menem, su figura sigue despertando pasiones, no por la política esta vez, sino por su legado. El juicio sucesorio del expresidente avanza lentamente en tribunales civiles, envuelto en acusaciones cruzadas, reclamos de bienes ocultos y vínculos familiares irremediablemente rotos.
BIENES DECLARADOS
Menem falleció el 14 de febrero de 2021, a los 90 años, aún como senador. Según revela una investigación de La Nación, lo que dejó documentado como patrimonio parece más modesto que su histórico estilo de vida. 28 lotes en La Rioja, tres vehículos —un Peugeot 405 de 1992, un Toyota Corolla 2007 y una moto Motomel—, poco más de 82 mil pesos en acciones de Telecom, tres cuentas bancarias con saldo ínfimo y cerca de tres millones de pesos en efectivo.
Un ítem llama especialmente la atención. Una colección de aproximadamente 200 armas, presuntamente obsequios de su época como gobernador y presidente, entre ellas, según uno de sus herederos, una AK-47 bañada en oro que le habría regalado Muamar Gadafi.
Para muchos, ese inventario contrasta con la imagen pública que Menem cultivó durante décadas: amante de los autos de alta gama, las fiestas lujosas y los trajes italianos. La aparente contradicción dio pie a una disputa feroz entre sus herederos.
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HEREDEROS Y FAMILIA
En noviembre de 2023, el juez civil Carlos Goggi reconoció a los herederos legales: Zulema María Eva Menem (Zulemita), Carlos Nair Menem, Máximo Menem Bolocco y Antonella Menem Pinetta. Pero esa declaración no trajo paz. Al contrario, la sucesión se convirtió en campo de batalla.
Zulemita denunció a Carlos Nair por “hostigamiento” y “amenazas” en el marco de una denuncia por violencia de género. El resultado fue una medida cautelar: él no puede mencionarla públicamente por un año. “Él se enojó cuando se dio cuenta de que en la sucesión no había nada”, afirma Matías Faya, abogado de Carlos Nair.
Antonella también tiene un vínculo roto con su tía: “Me agarró de los pelos, me dijo que me iba a matar a trompadas”, relató sobre una discusión que, según su testimonio, terminó a los gritos. “No me hablo con nadie de la familia”, resumió.
Por su parte, Máximo, el hijo de Cecilia Bolocco, intenta mantenerse al margen. “Siempre ha sido así desde que murió mi papá… A mí no me interesa”, declaró. Aseguró haber recibido tres relojes como legado.
SOSPECHAS Y RECLAMOS
Desde el entorno de Carlos Nair y Antonella, la sospecha es que lo declarado no representa ni de cerca el verdadero patrimonio de Menem. Para sus abogados, hay sociedades interpuestas, bienes en el exterior, maniobras de simulación y propiedades a nombre de terceros.
“Creemos que hubo ocultamiento o ventas a través de sociedades. Hay propiedades en Miami, cuentas en Suiza…”, dice Walter Cormace, abogado de Antonella. Asegura que hallaron coincidencias en los directorios de empresas: “Zulemita y Zulema transfiriéndose bienes entre sí. Es un modus operandi”.
También cuestionan la titularidad de “La Rosadita”, la mítica casa de Anillaco donde Menem organizaba sus reuniones más glamorosas y construyó una pista de aterrizaje de 2.400 metros. “Zulemita dice que la compró, pero cuando le preguntamos cómo, no supo responder”, señala Faya.
En su momento, hasta Daniel Scioli habría evaluado alquilarla, pero al ver el estado del expediente desistió. “Mejor no me meto en esto”, dijo, según Faya.
EL INVENTARIO JUDICIAL
En la Declaración Jurada Patrimonial de 2019, figuran 28 lotes en Chilecito, adquiridos en 1978. El abogado de Zulemita asegura que “Menem los regaló y están ocupados”, aunque aún figura como cotitular.
También están en disputa dos propiedades: una casa en Echeverría (Belgrano R) y una concesionaria Toyota en Palermo. “La casa de Echeverría está a nombre de una sociedad. Igual que el taller Toyota. Pero la pregunta es: ¿cómo pasó a ser de Zulemita?”, se pregunta Cormace. “No existe el crimen perfecto. Siempre hay una fisura”.
Sobre las armas, que siguen almacenadas en La Rioja, también hay inquietud. “Hay cerca de 200. Pedimos que se trasladen a un lugar seguro, pero el juez respondió que es responsabilidad de los herederos”, explica el abogado de Zulemita, Pedro Baldi.
DERECHOS DE IMAGEN
La controversia llegó a la pantalla chica. Una mega producción de Amazon Prime Video sobre la vida de Menem debió ser suspendida por orden judicial. ¿El motivo? El uso de la imagen del expresidente.
Faya declaró que “lo que planteamos es que ese derecho pertenece a los cuatro herederos. Si lo cedió, ¿cobró? ¿Dónde está ese dinero?”. Desde el entorno de Zulemita aseguran que existe un contrato firmado en vida. “Está todo en regla, todo documentado”, afirma Baldi. “Y no se va a llamar Síganme, como se dijo”.
¿HERENCIA SIMBÓLICA?
Hoy, una administradora judicial, ajena a la familia, quedó a cargo del expediente. Su rol será fundamental para verificar si existen bienes no declarados y dar transparencia al proceso.
“La gran pregunta sigue siendo cómo alguien que vivió como Menem muere con tan poco”, se cuestiona Faya. El abogado resume la paradoja: “Si no logramos incorporar más bienes al acervo, lo que queda se reparte en cinco minutos: lo que sale tomar un café en Starbucks. Así de triste”.
Para Cormace, el desbalance entre lo declarado y lo visible es evidente: “Un padre indigente y una hija millonaria”.
Desde el otro lado, Baldi responde con dureza: “Desde que dejó la presidencia, Menem fue investigado en doce juzgados federales. Nunca se encontró nada. Fue absuelto de todo”.
La historia está lejos de cerrarse. Y lo que debería ser el cierre de una vida, se convirtió en una serie sin final. Por ahora, el legado de Carlos Menem no se mide en lotes o relojes, sino en la profunda grieta que dejó entre los suyos.
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