La indignación ha estallado en Italia tras conocerse el cruel asesinato de Bruno, un perro de rescate que se había ganado el cariño del país por su labor en decenas de misiones humanitarias. El sabueso belga de siete años fue hallado sin vida el pasado viernes, en un charco de sangre, en el centro de adiestramiento Endas, en las afueras de Tarento, al sur del país.
La causa de muerte fue brutal. Alguien le dio una salchicha rellena de clavos, provocándole una hemorragia interna fulminante.
Bruno había salvado a nueve personas, entre ellas ancianos con alzheimer y niños con discapacidad. Había colaborado con la Protección Civil, con la Policía y con las fuerzas del orden. En 2023, recibió un reconocimiento oficial de manos de la primera ministra Giorgia Meloni, quien lo calificó entonces como “un servidor ejemplar”.
Ahora, tras su trágica muerte, Meloni catalogó el accionar como “un acto vil, cobarde e inaceptable”, escribió en un comunicado. La líder italiana volvió a agradecer la entrega del can, símbolo de servicio y compromiso.
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SOSPECHAS DE REPRESALIA
El adiestrador de Bruno, Arcangelo Caressa, director del centro donde ocurrió el hecho, ha denunciado públicamente lo sucedido. “Me creo enemigos cada día”, declaró al Corriere della Sera, aludiendo a las investigaciones que realiza junto a sus perros para desbaratar peleas clandestinas de animales. “Los perros que adiestramos colaboran con la policía en rescates y también en casos de maltrato animal. Ahí podría estar la pista”, añadió.
Para Caressa, el blanco real del ataque no era Bruno, sino él mismo: “El objetivo era yo”, insistió. En paralelo, anunció que presentará una denuncia formal ante los Carabinieri.
UN PERRO POCO COMÚN
Bruno no era un perro común. En sus siete años de servicio se convirtió en un verdadero símbolo del valor y la perseverancia. Uno de sus rescates más recordados fue el de Benito, un anciano de 84 años extraviado en una zona montañosa en 2021. “Bruno detectó un rastro que ningún humano podía percibir. Allí encontramos a Benito, vivo”, relató su adiestrador.
Su muerte ha provocado una ola de condolencias. Personas que habían sido rescatadas por el animal llamaron a Caressa “llorando y sin poder creerlo”. Él lo describió como “un hermano” y aseguró que “hizo más bien que muchos humanos”.
El crimen se produce poco después de la entrada en vigor de la Ley Brambilla, que endurece las penas por maltrato o asesinato de animales en Italia, con castigos que pueden llegar hasta los cuatro años de prisión. Su promotora, la diputada Michela Vittoria Brambilla, calificó la muerte de Bruno como “horrible, larga y dolorosísima” y pidió a las autoridades actuar con firmeza.
La Fiscalía de Tarento ya abrió una investigación, en la que se considerarán agravantes de crueldad y premeditación. Se están revisando imágenes de cámaras de seguridad y se han comenzado a tomar declaraciones.
Una notizia che stringe il cuore. Un atto vile, codardo, inaccettabile.
Grazie per tutto ciò che hai fatto, Bruno. pic.twitter.com/e5eSpPzQJ4
— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) July 5, 2025