Un reciente informe publicado por la organización benéfica Christian Aid revela de manera preocupante cómo la creciente crisis climática está afectando la arraigada tradición de regalar rosas en San Valentín, y cómo esta práctica, junto con su mercado, está exacerbando el calentamiento global.
De acuerdo con el análisis realizado, más del cincuenta por ciento de las rosas en el mundo provienen de países que están experimentando graves consecuencias del cambio climático, según lo informado por The Independent. Esta situación plantea serias dudas sobre la sostenibilidad de la industria mundial de las rosas.
Las rosas, símbolos emblemáticos de esta temporada, requieren condiciones climáticas específicas, como temperaturas que oscilen entre los 15 y 24°C, abundante luz solar y suelos bien drenados. Sin embargo, desde los campos de flores en Kenia hasta las altiplanicies de Colombia, los países que cultivan estas icónicas flores enfrentan el aumento de las temperaturas, la sequía y el retroceso de los glaciares.
PAÍSES
Esta situación se replica en los principales países productores de flores cortadas, como Uganda, Etiopía, Países Bajos y Ecuador. El informe resalta que más de la mitad (59%) de todas las rosas exportadas provienen de países de África Oriental y Sudamérica, regiones que se están volviendo cada vez más vulnerables a los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático.
Se anticipa que los países de África Oriental, incluyendo a Kenia, Etiopía y Uganda, continuarán experimentando un aumento en las temperaturas y fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y severos.
Las sequías en la región, exacerbadas por el cambio climático, serán cien veces más probables entre 2020 y 2022, lo que representa una grave amenaza para la producción de rosas, que requiere un uso intensivo de agua, así como para los medios de vida de los agricultores.
CULTIVO DE ROSAS
En Ecuador y Colombia, precisamente en las regiones conocidas por su cultivo de rosas en altitudes elevadas y temperaturas más frescas, se espera que las temperaturas aumenten aún más, lo que pone en riesgo aún más el sector.
Además, el informe resalta el alarmante problema del retroceso de los glaciares en los Andes tropicales, lo que aumenta el riesgo de escasez de agua.
Incluso Holanda, el mayor productor mundial de rosas, no es inmune.
INFORME CLIMÁTICO
A pesar de que el aumento de las temperaturas puede reducir la necesidad de calefacción en los invernaderos, el país enfrenta un mayor riesgo de inundaciones invernales y sequías estivales, lo que podría ser perjudicial para los cultivos de rosas.
Este impacto climático se ve agravado por la propia producción de rosas: las cultivadas en los Países Bajos contribuyen a la huella de carbono debido al uso frecuente de invernaderos calentados con gas.
Por otro lado, aunque las rosas cultivadas en regiones más cálidas tienen un menor impacto climático, el transporte aéreo y la refrigeración aún contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero.