La entrañable y reflexiva niña de historieta, Mafalda, alcanzó uno de sus sueños más grandes: convertirse en intérprete en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El organismo publicó una nota con imágenes de la figura en el cuarto de los intérpretes de español en la sala donde sesiona el Consejo Económico y Social.
Y, posteriormente, se le ve donde se ubica la delegación argentina en el Salón de la Asamblea General dentro de la Sede de la ONU, en Nueva York.
La noticia emocionó de inmediato a sus seguidores de todas partes del mundo, quienes recordaron una tira de la caricatura que se hizo popular.
La figura de Mafalda, conocida por su inteligencia, su espíritu crítico y su pasión por la paz, la libertad, la educación y los derechos humanos, siempre soñó con trabajar en un ámbito internacional.
Eso lo demuestra en un sinnúmero de líneas desde su creación en 1964 por el humorista argentino Quino.
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SU PRESENCIA EN LA ONU
El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su ciudad natal, gestionó el traslado de la escultura de la niña, esculpida por el artista Pablo Irrang.
“No es casual que quisiera ser intérprete en la ONU, porque los valores que Mafalda promulgó siempre fueron los valores de la paz sobre la guerra, la justicia, la educación y sobre todo la libertad”, declaró a Noticias ONU la ministra de Cultura de Buenos Aires, Gabriela Ricardes.
Su presencia en las Naciones Unidas simboliza la importancia de la juventud y la perspectiva crítica en la resolución de conflictos globales.
En entrevista con el organismo, Guillermo Lavado, sobrino de Quino, señaló que “era un sueño de ella contribuir a la paz mundial, quizá un poco inocentemente pensado que siendo traductora podía ordenar un poco las ideas de los distintos líderes y armonizarlas para que hubiera menos conflictos y menos guerras”.
Algo que, según Lavado, sigue vigente, pues recordó que en la actualidad estamos viviendo momentos de tensión en distintas partes del mundo.
La incorporación de Mafalda a la ONU también fue celebrada con un evento especial en el que se reconoció su impacto cultural y su papel en la promoción de valores.
